Valgren tiene clara su estrategia de renovación varietal: variedades tardías, entre las que se encuentra la Picota. Andrés Álvarez, gerente de la entidad, “en los dos últimos años hemos plantado unos 2.500 árboles nuevos de cerezas más tardías, con mayor dureza, lo que unido a los tratamientos poscosecha nos permiten mejorar en la exportación”.
Y es que sus mejores clientes se encuentran en los países del norte de Europa, Escandinavia y Países Bálticos, además de Malasia, Singapour y Hong Kong, donde exportan vía aérea. Al igual que el resto del sector, están a la expectativa del resultado de las negociaciones para la apertura del mercado chino aunque Álvarez nos confiesa que no es su prioridad. Lo que sí les preocupa es lo que ocurra con el mercado del Reino Unido tras el Brexit, aunque “la Picota es un producto muy demandado por los clientes británicos y sólo la producimos en el Valle del Jerte”.
Más de 500.000 € de inversión
Esta es la cantidad que han destinado en los últimos 4 años en sistemas y maquinaria poscosecha. Entre las novedades de esta campaña, destaca la incorporación del sistema Oxyion a su planta en Cabezuela del Valle, en Cáceres. “Ya lo hemos probado en nuestras instalaciones de Madrid y este verano lo incorporaremos para la cereza porque el fruto absorbe etileno y evita la podredumbre”, asegura el gerente de Valgren que añade que tratan de invertir en todo aquello que dé más calidad y permita llegar en mejores condiciones a los mercados.
La empresa comercializa una media de 3.000 Tn. de cereza al año, tanto de producción propia como de agricultores asociados. En ambos casos, Valgren realiza exhaustivos controles de calidad como integrante de la Denominación de Origen Cereza y Picota del Jerte, para que se cumplan las normas que avalan la certificación y lucha contra las malas prácticas que le puedan perjudicar.
Sus instalaciones cuentan con maquinaria de calibrado óptico que contribuye a una perfecta selección de la fruta y a que se ajusten a lo que cada cliente demanda. Una atención personalizada que también trasladan al packaging y al etiquetado de las cerezas aunque la empresa comercializa gran parte de su fruta con su marca propia, Valgren. Experiencia y tecnología se dan la mano en esta empresa que aspira a llevar la fruta del Jerte cada vez más lejos.