“Seguimos siendo Semillas Fitó, pero no queremos ser los mismos”. Eduard Fitó
La casa de semillas da una vuelta de tuerca más al concepto de diferenciación que, para su presidente, Eduard Fitó, no es solo cuestión de forma o color, como se ha creído hasta ahora, sino que debe centrarse en crear nuevas experiencias de compra en el retail sin olvidar la defensa de los márgenes para el agricultor.
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Alineados con el sector
Con más de 140 años de trayectoria en el sector, Semillas Fitó ha sido, y sigue siendo, un protagonista activo en su evolución. “Estuvimos presentes en el inicio del modelo Almería”, recuerda Eduard Fitó, su presidente, cuando nos reunimos en Berlín, en el marco de Fruit Logistica. Y también lo han estado en las distintas fases de la agricultura nacional y europea, que hoy se enfrenta a lo que Fitó denomina “una encrucijada”.
Si hace años la diferenciación estaba en la calidad, el color o el tamaño del producto, así como en el servicio, “cuando todo el mundo ofrece lo mismo, la única palanca que nos queda es el precio”. Para Fitó, esta no es una estrategia de negocio desdeñable, todo lo contrario: “Si hay productores que apuestan por un producto de una calidad impecable, con un servicio extraordinario y a un precio imbatible, nosotros queremos apoyarles con variedades commodities”. Ahora bien, para aquellos que siguen queriendo diferenciarse, Semillas Fitó se posiciona también como un aliado necesario ya que realiza un gran esfuerzo en mejorar constantemente las tipologías commodities en diferentes aspectos, tales como el campo, la recolección, el almacenaje, la logística y la presencia en los lineales.
Llegados a este punto, el presidente de la compañía se muestra muy crítico con el concepto de diferenciación en el que ha trabajado el mercado hortofrutícola en los últimos años: “La diferenciación no es solo una cuestión de formas y colores, eso al final no aporta valor y tiene un recorrido muy corto”. Para lograr una diferenciación real, hay que ‘bucear’ en lo más profundo del sector con ‘gafas’ nuevas. Para ello es preciso llevar a cabo proyectos como ampliar la categoría para el retailer y ampliar las opciones de compra adecuadas a las necesidades del consumidor.
En este sentido, explica Fitó que han recogido la experiencia de años de la industria agroalimentaria en su apuesta por la diferenciación y, de la mano de Business Farmers como socio estratégico, hace meses que comenzaron a extrapolarla al sector hortofrutícola. Su objetivo es convertir el departamento de Semillas Fitó Foodture en un elemento clave de diferenciación para el sector.
Más Foodture que nunca
“Seguimos siendo Semillas Fitó, pero no queremos ser el mismo Fitó”, afirma el presidente, que nos explica que, gracias a este acuerdo, “vamos a acelerar la diferenciación y ayudar a nuestros clientes a alcanzarla”. Para ello, han apostado por el co-working y la creación de un equipo multidisciplinar formado por tecnólogos, científicos, expertos de mercado, consumo… Y cuya base es Foodture, que se está consolidando como un nuevo referente en la prestación de servicios a agricultores y retailers. “Tenemos el firme convencimiento de que al valor añadido que aportamos en la relación con el agricultor y el retailer a través de nuestras semillas, hemos de añadirles aspectos de inteligencia de mercado, mercadotecnia, relación y empatía con el consumidor, etc”, añade.
Bajo esta nueva filosofía de trabajo, Semillas Fitó está desgranando cada categoría de producto, preguntándose qué busca el consumidor cuando va al supermercado, y ha encontrado respuestas sorprendentes: “Acude el supermercado sin una idea clara de lo que va a comprar y toma la decisión in situ”. Además, “compra varias tipologías al cabo del año a las que da un uso caótico”.
“Nuestro objetivo es estandarizar los usos que hace el consumidor de cada tipología de producto, de modo que su experiencia de compra resulte más placentera”. Y es que, puesto que un tomate Raf, un marmande o un rosa de Barbastro, por poner un ejemplo, no son iguales, sus usos culinarios, tampoco.
El último resultado de todo este trabajo en salir al mercado es su tomate Wabi-Sabi, que lanzaron en 2022, aunque su aspiración es “introducir algún producto nuevo en el mercado cada año”. Aun así, son conscientes de las dificultades que esto entraña y del alto riesgo de fracaso; sin embargo, aquellas propuestas que finalmente lleguen al mercado “serán aceptadas por el consumidor y se consolidarán”.
Soluciones para toda la cadena
Conscientes de que el consumidor es solo un eslabón de una larga cadena, esta apuesta por la diferenciación de Semillas Fitó no está reñida ni con la base agronómica de cualquier variedad ni con la necesidad de proveer a los productores de materiales genéticos que les permitan ofrecer a sus clientes un suministro all-year-round. De este modo, irán alimentando cada nuevo concepto con variedades que permitan ese suministro manteniendo el estándar de calidad y respondiendo siempre a las demandas de resistencias y defensa de los márgenes del agricultor.
Semillas Fitó irrumpe este año en el mercado de semillas hortícolas con una propuesta de valor claramente diferenciadora con la que espera alcanzar una posición estable entre los retailers europeos. ¿Estáis listos para el Foodture del sector?
Investigador en Tecnología de Semillas les ofresco líneas de maíz blancas y amarillas, una variedad de trigo.