Recorremos la provincia de Valencia, en concreto la comarca de la Ribera Alta, y a nuestro paso podemos comprobar cómo el cultivo del kaki ha ido ganando terreno al cítrico.
Una realidad que podemos comprobar al entrevistar a José Climent, el nuevo gerente de la Cooperativa Sant Bernat de Carlet, entidad que pertenece a Anecoop, siendo uno de los mayores exponentes del modelo de negocio de esta cooperativa de segundo grado.
Actualmente esta entidad comercializa casi 30.000 Tn de kaki, en una campaña que se prolonga desde octubre hasta enero, mientras que en cítrico, la cifra se queda en 15.000 Tn, pero con un periodo comercial mucho más prolongado.
Recuperar este cultivo, y situarlo a un nivel similar al de frutales y kaki, es uno de los objetivos que se marca Climent, y lo afronta como un reto personal al asumir este cargo. “La cooperativa como entidad debe dar un paso al frente y promover la misma revolución varietal que hemos realizado en frutales, apostar por materiales interesantes para el agricultor y con rentabilidad comercial, sólo así podremos volver a ilusionar al socio por este cultivo, que para nada estamos dispuestos a abandonar”, nos explica el gerente.
Y es que las últimas campañas, los resultados comerciales han justificado este desencanto, y esa es la tendencia, o el ánimo, que José Climent quiere cambiar. “Nos hemos quedado con poco volumen, sin continuidad, con algunas variedades obsoletas y que no funcionan en el mercado, y por mucho valor añadido que queramos darle en el almacén, a través del envasado, no ofrecemos un producto atractivo comercialmente”, apunta. En este sentido, Coop. Carlet cuenta con un campo de ensayo, donde, además de contar con fruta de hueso y kaki, trabajan con cítricos desde hace ya algunos años, con nuevos materiales de Satsumas y de clementinas, buscando en este segundo grupo, la precocidad y la producción tardía, como valores para completar su oferta comercial.
Variedades adaptadas a su zona de producción, contrastadas, y a ser posible, que eviten la concentración de la producción. En definitiva, ofrecer rentabilidad al socio.
Deslocalización de la producción
Otra de las líneas de actuación que Climent considera esenciales para la recuperación de la sección citrícola de la entidad es la deslocalización de la producción a través de la incorporación de nuevos socios de otras zonas.
De esta forma, se podría ampliar el calendario comercial, minimizar riesgo por fenómenos climatológicos, y como consecuencia, realizar una oferta más completa y atractiva a los clientes.