Potencia radicular contra enfermedades. ENZA ZADEN
Iroko es la novedad de cebolla de día largo de Enza Zaden, una variedad con una raíz muy fuerte, productiva, con color y alto porcentaje de centros únicos.
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Los agricultores cuentan cada vez con menos materias activas para combatir plagas y enfermedades en los cultivos de cebolla, a lo que hay que añadir la lentitud del proceso de registro de otras nuevas en España. En este contexto, el desarrollo de variedades mejor adaptadas para hacer frente a esos problemas resulta crucial y ahí entran en juego casas de semillas como Enza Zaden, cuyo programa de cebolla es referente tanto en España como en Europa, e incluso fuera del Viejo Continente.
“Partimos de una visión global del mercado para adaptarnos a las necesidades locales y, a través de la mejora en nuestros programas, poder ofrecer soluciones a todos los eslabones de la cadena”, nos explica Carlos García Segarra, sales manager de cebolla, puerro y coliflor de Enza Zaden. Sin perder de vista esta máxima, la casa de semillas ha puesto en el campo esta campaña una nueva variedad de día largo, Iroko (E61L.10040), que destaca por ser “una planta muy fuerte, con un excelente desarrollo radicular”, así como precoz, productiva, con color y un alto porcentaje de centros únicos.
Esa potencia radicular de Iroko es clave en el desarrollo de nuevas variedades de Enza Zaden y, de hecho, es, junto con una mayor rusticidad, la característica que siguen afinando para poder hacer frente a enfermedades fúngicas en hoja y resistir la incidencia de plagas como el trips. De este modo, “damos una mayor producción al agricultor y menos problemas, obteniendo una cebolla de mejor calidad, que es lo demandan los supermercados”.
En este sentido, entre sus líneas maestras de desarrollo de cebolla, la casa de semillas también centra sus esfuerzos en la mejora del color, la conservación, uniformidad y centros únicos.
Una campaña complicada
Las lluvias de las últimas semanas han impedido hacer las siembras directas y han retrasado los trasplantes de cebolla tardía, de ahí que García Segarra nos comente que “estamos acortando el ciclo de la cebolla, al no haber podido sembrar en su momento”. A esto hay que añadir la menor producción de ciclo corto, fruto de la sequía, que impidió un aumento de la superficie. Cuáles serán las consecuencias en los mercados de estas dificultades, solo el tiempo lo dirá.