El principal enfoque de Hazera al desarrollar nuevas variedades se centra en la resistencia al Virus del Rugoso, debido a la actual problemática. Así lo indican desde la casa de semillas, donde Juan Montes, especialista en tomate, indica que también trabajan en materiales que se adapten fácilmente al manejo del agricultor, ayudándole a reducir los costes de mano de obra, sin perder producción ni rentabilidad.
Para exportación
Las variedades de Hazera para los productores españoles y marroquíes son similares, al requerir de las mismas características en la exportación, por lo que requieren, “buena postcosecha, gran calidad y elevada producción”. Las diferencias se encuentran en las variedades destinadas al consumo interno, “En España podemos encontrar una gran variedad de tipologías, formas y sabores en tomate”, algo similar a Turquía, “donde consumen mucho tomate y exportan a Europa, principalmente, tomate en suelto y rama, por lo que también se busca postcosecha y producción”. Países Bajos se centra en tomate tipo rama, donde “lo que más prima es la productividad y con un fin exportador”.
En este sentido, “se centra en la búsqueda de buena postcosecha y alta producción para que la fruta llegue en adecuadas condiciones y puedan ser competitivas, sin olvidar las elevadas exigencias de calidad que demandan los supermercados”, señala Montes.
Rusticidad
En cuanto a resistencias, el ToBRFV es la principal demanda en todos los países. También están apostando por variedades más rústicas, pues “la problemática del agua es general en todos los países”.
Regresa la competencia holandesa
Respecto al coste energético en Países Bajos, Hazera señala que ya no es tan elevado, por lo que para la próxima campaña “han recuperado superficie y seguirán creciendo en las siguientes”. La competencia con España aumentará aún más, indican, al regresar a los ciclos que solían cultivar hace dos años.
