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Nuestra mayor diferenciación está en el sabor

El sector de la cereza tiene claro que la reconversión varietal es el camino para mantenerse en los mercados, sin embargo, y frente al mayor calibre que demandan los consumidores, defiende la calidad gustativa como seña de identidad.

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La pasada fue una campaña atípica para la cereza del Valle del Jerte, que acumuló un mes de retraso y, además, tuvo problemas de calidad como consecuencia de las lluvias de mayo y junio. “Se estropeó gran cantidad de fruta de inicio y media estación y el clima influyó en el calibre de la cereza”, lamenta Jesús Martín, gerente de Deleite Grana, quien afirma que estos problemas de calidad condicionaron la comercialización tanto en el mercado nacional como internacional. “En nuestro caso, y creo que en todo el sector, disminuyeron los volúmenes de exportación”, apunta.

El consumidor espera un alto nivel de calidad del producto del Jerte, una cereza firme y con sabor, y este es, para Martín, el horizonte que el sector no debe perder de vista y que le permitirá, incluso, competir con la producción de países terceros. “Nuestra diferenciación clara está en el sabor y debemos mantenerla”, sostiene, y avanza las líneas en las que trabajan para lograrlo.

En primer lugar, hace tres años que instalaron la maquinaria necesaria para el calibrado automático de la cereza, garantizando un fruto homogéneo en tamaño y color. En segundo lugar, esta campaña, la firma concluirá la implementación de la norma GlobalG.A.P. en sus fincas propias y en la central hortofrutícola.

Reconversión varietal
Este es, para Martín, otro paso que debe dar el sector. “La tendencia en el consumo es hacia calibres más grandes y eso nos condiciona, ya que las producciones de nuestra zona tienen un tamaño menor”, explica; pero, lejos de mostrar preocupación por este hándicap, llama la atención sobre la principal fortaleza de la cereza del Valle del Jerte: “Su sabor y longevidad han sido nuestra marca diferenciadora a lo largo de la historia”.

En estos momentos, el sector se prepara para una nueva campaña en la que, pese a una excelente floración, la cosecha podría ser menor, ya que “se ha realizado un gran esfuerzo por parte de los agricultores en cuanto a replantación de nuevos árboles y trabajos de poda, que han sido más agresivos”. Para conocer el balance final, volveremos a visitar el Valle del Jerte, pero esa es otra historia.

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