“No podemos permitir que se repitan los precios de la pasada campaña”. D.O. KAKI RIBERA DEL XÚQUER
El Kaki de la Ribera del Xúquer afronta un ejercicio con una fuerte reducción del volumen de producción que esperan sea compensado con buenas cotizaciones de la fruta en el mercado.
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Es la expectativa que transmite Rafael Perucho, secretario técnico del Consejo Regulador de la D.O. Kaki Ribera del Xúquer, la de que, al menos para esta campaña, la fuerte reducción del volumen se vea compensada por el precio del producto. Una meta complicada teniendo en cuenta las bajas cotizaciones que esta fruta ha estado registrando en los últimos años.
Pero las mermas son tan considerables este año, que incluso los programas de abastecimiento pactados con los clientes están en riesgo. A la reducción inicial de un 30% del volumen debido a la incidencia de las plagas y las lluvias primaverales, se han sumado dos temporales que han afectado gravemente al cultivo. Por ello, “los mercados deberían responder con un precio adecuado, ya que no podemos permitir que se repitan los precios de la pasada campaña”, señala Perucho haciendo alusión a un ejercicio que obtuvo unos resultados globales negativos por las bajas cotizaciones registradas del producto.
Los programas de abastecimiento pactados con los clientes están en riesgo por la falta de fruta
Mientras afrontan la temporada con la incertidumbre y complicaciones que trae el COVID-19, el sector del kaki con DO de la Ribera del Xúquer continúa desarrollando diferentes líneas de trabajo. Algunas de ellas son el fomento del consumo, del que “aún nos queda mucho recorrido”, el desarrollo de nuevos mercados como China y la búsqueda de soluciones para el control de plagas y enfermedades en el cultivo, un mal que está poniendo en riesgo la producción de caqui en los últimos años.
Este sin duda es uno de sus principales caballos de batalla, especialmente ante la estrategia europea con horizonte 2030 Farm to Fork que, bajo el punto de vista del Consejo Regulador, dejaría sin herramientas al sector. “¿Cómo se espera que ofrezcamos productos de calidad y saludables si nos es imposible producirlos?”, se pregunta Perucho ante este proyecto europeo.