Mantener la confianza que el consumidor tiene en la marca Caramelo. SAT HORTIMAN
Ese es el objetivo que perdura año tras año en la firma S.A.T. Hortiman.
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La empresa es consciente de que, para poder ofrecer productos de valor, es necesario sacrificar volumen en pos de la calidad y ello no sería posible sin una rentabilidad adecuada. “Nuestros clientes son consumidores de melón y sandía que buscan lo que recuerdan de aquel sabor que olvidaron hace tiempo”, señala el gerente de Hortiman, Valentín Ramírez. Por ello, la firma lleva a cabo un trabajo minucioso cuyo objetivo es llegar al consumidor con un producto que lo satisfaga y cuyo precio esté dentro de las ajustadas posibilidades económicas que atraviesa el sector. Desde su punto de vista, no puede ser que la mayoría de los hogares tengan que renunciar a un bocado exquisito porque solo puedan aspirar a comer un tipo de fruta cuando la gran distribución decide realizar una oferta cuyo único atractivo es el precio. “Es preciso facilitar a los hogares productos con un equilibrio calidad/precio interesante”, sostiene Ramírez.
Como productores, desde Hortiman entienden que no es fácil equilibrar volumen de producción con cantidades consumidas, por ello se producen desajustes que inciden claramente en el precio, unas veces por exceso y otras por defecto. “¿Quién puede saber si las temperaturas van a bajar o subir cuando se produce el cuaje de la fruta? ¿Quién puede garantizarnos que tras un día excelente en temperaturas pueden venir varios días nublados o lluviosos?”, se pregunta Ramírez, quien lamenta que, al final, esas incidencias influyen en el consumo y sus consecuencias las paga todo el sector, tanto productores como comercializadores.
“Los diseñadores de marketing que se encargan del lanzamiento de folletos publicitarios deberían estar más pendientes del sector primario para no preparar ofertas en momentos de escasez”, concluye el gerente de S.A.T. Hortiman.