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Los costes minimizan una gran campaña

Concluye una campaña en Huelva positiva en cuanto a producción, comercialización, calidad y precio, un ejercicio que, en otro momento, hubiera sido un éxito; sin embargo, los costes y la falta de mano de obra han marcado el devenir de los productores onubenses.

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frutos rojos congreso

Desarrollo de la campaña
La paradoja que se ha vivido en la campaña de Huelva de este año hace pensar a los productores que no existe el ejercicio perfecto. Frente a los problemas de calidad que la fresa tuvo en otros años, en este todo ha ido perfectamente, la fruta ha presentado una excelente calidad desde el inicio al final hace escasas semanas. Tanto que, desde distintas comercializadoras del sector, definen la campaña como “equilibrada”.

La subida de los costes ha sido el gran lastre de este año, si bien al comienzo España no estaba inmersa en la crisis de Ucrania y el optimismo post-pandemia hacía prever una campaña positiva. Pero el incremento de los costes de producción, cercano al 30-35%, ha provocado cierta cautela entre los productores y comercializadores: “Hasta que no se ‘hagan los números’ no se verá realmente si la campaña ha sido rentable”, comentan desde la Dirección de una empresa onubense.

Sin embargo, hay un problema endémico que se repite y agrava cada campaña: la falta de temporeros. Este curso ha tenido que terminar prematuramente debido a que no había mano de obra en las últimas semanas de recolección. “Es el gran problema del sector de los berries”, lamentan diferentes voces del sector, que piden una mayor colaboración con las instituciones para la puesta en marcha de nuevos acuerdos gubernamentales para realizar contrataciones en nuevos orígenes. Aunque también se plantea desde el sector que no hay personal suficiente para poder recolectar todos los frutos rojos, que se producen a la vez, haciendo hincapié en las necesidades de mano de obra concentrada en poco tiempo.

Respecto al arándano, la campaña está siendo más complicada. Aunque el clima fue favorable al inicio, este vino con retraso, lo que provocó que coincidiesen en el tiempo las producciones de distintas variedades y también de otros orígenes. Y, en consecuencia, los precios están siendo bajos. Por último, y en lo que respecta a la frambuesa, ha sido más estable en precios, con menos producción, pero también marcada por la subida de costes.

Quizá no tanto en esta campaña, pero el conflicto ucraniano ha agravado la inflación que está afectando al consumo de toda Europa. Las consecuencias se verán en la próxima campaña, en forma de un menor poder adquisitivo de los consumidores. De hecho, algunos comercializadores ya observan que el consumidor gasta menos en frutos rojos, puesto que no están considerados productos de primera necesidad.

Control biológico
Por otro lado, y en lo que respecta al uso del control biológico en frutos rojos, sigue siendo tan reducido que, de hecho, ni siquiera existen cifras oficiales, solo las estimaciones de las distintas empresas productoras y comercializadoras de este tipo de soluciones, que fijan por encima del 15% la superficie en fresa y la práctica totalidad de la frambuesa (apenas cuenta con materias activas autorizadas). En arándano, depende del tipo de plaga que se quiera combatir. “Está muy extendido contra el pulgón”, apunta Gonzalo García, delegado comercial de Koppert en Andalucía Occidental, quien añade que sigue creciendo, sobre todo a raíz de la irrupción del cotonet en arándano.

La aparición de nuevas plagas contra las que, de momento, no existen protocolos de control biológico bien definidos supone uno de los principales frenos a este método de cultivo. Sin embargo, la continua reducción de materias activas autorizadas, las exigencias de los supermercados -que limitan el número de materias activas que se pueden usar en un cultivo y fijan sus propios LMRs- y la propia política europea, que camina por una senda más verde, pueden suponer un impulso definitivo.

“La eficacia del control biológico en fresa, por ejemplo, es una realidad”, comenta Miguel Claros, delegado técnico comercial de Biobest en Andalucía Occidental, quien añade que es, precisamente, en “esas plagas que se escapan del control químico donde empieza a expandirse”.

La decisión última la tienen, en cualquier caso, los agricultores y empresas productoras, que de momento siguen considerando que los precios obtenidos no compensan la mayor sostenibilidad de estos cultivos.

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