La sostenibilidad y el futuro de los berries pasan por el hidropónico
En España, aproximadamente el 95% de la producción de fresa se localiza en la provincia de Huelva. Esta producción se destina principalmente a los mercados europeos, que cada vez son más exigentes con el origen y la sostenibilidad de los cultivos.
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Los productores onubenses se enfrentan a un contexto complejo. Ya antes de la pandemia, por una parte, la presión medioambiental para minimizar la huella de carbono, es decir, un uso más eficiente si cabe del agua, provoca que toda Europa mire hacia Huelva cada vez que hay alguna noticia en este sentido; por otra, esta producción intensiva requiere de una desinfección cada vez más limitada por restricciones de materias activas y la directiva de Europa para aumentar la superficie de ecológico hasta el 25% para 2030. Ello nos deja un tablero de juego complicado, al que se ha sumado en los últimos meses la subida de los costes energéticos.
El cultivo hidropónico de la fresa supone un 17% más de producción que el cultivo en suelo
Llegados a este punto, se abre el debate sobre las alternativas que puedan responder a estas demandas, a lo que la mayoría apunta hacia el hidropónico, pero ¿cuánto mejora el cultivo de fresa?
En estos momentos, apenas el 1% de la superficie de Huelva se cultiva en hidropónico, lo que refleja la desconfianza de los productores ante esta nueva vía. Sin embargo, desde Freshuelva son conscientes de la problemática que arrastra el sector de los frutos rojos por la falta de productos para la desinfección de los suelos, llegando a solicitar a la Comisión Europea autorización anual para el uso excepcional de los materiales autorizados.
Ante esta tensión, desde Freshuelva también apuestan por avanzar en sostenibilidad, llevar a cabo una transformación de la producción tradicional a la hidropónica, lo que se traduciría en un ahorro importante de los recursos hídricos y fertilizantes, una mayor posibilidad de alargar la campaña durante más meses al año y, por tanto, una mayor capacidad para generar un empleo más estable en la zona.
Ventajas
Con este tipo de cultivo de fresa en altura se podría adelantar la fecha de máxima producción, obteniendo así más competitividad. Se reducirían los tratamientos fitosanitarios al estar la planta aireada.
El cultivo hidropónico de fresa supone un 17% más de producción que el cultivo en suelo. En este sentido, las soluciones hidropónicas permiten aumentar la producción y la densidad de plantación, hasta 4.000 plantas por hectárea.
El uso del agua es más eficiente y se pueden recircular los drenajes. Esta técnica reduce la contaminación del suelo y de las aguas superficiales por lixiviados, no serían necesarias las operaciones de desinfección y abonado de fondo.
Permite un mayor control nutricional del cultivo (fertirrigación localizado automatizado). Y una optimización y mejora de las condiciones de trabajo debido a la altura, que facilita la recogida del cultivo.
Sin embargo, todas estas ventajas tienen un freno importante en un escenario de tanta incertidumbre como el actual, y es que, para llevar a cabo esta transformación, es necesaria una importante inversión en infraestructuras. Y entra aquí un nuevo actor en la ecuación, que puede ser una oportunidad para el sector, los fondos Next Generation, ya que están, en parte, destinados a la transformación de las empresas agroalimentarias en temas de economía circular y sostenibilidad medioambiental.