La inteligencia y la coherencia son esenciales para encarar el futuro. CUNA DE PLATERO
Juan Báñez, presidente de Cuna de Platero S.C.A.
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Actualmente nos encontramos en una fase de transición y, mientras llega la hora de recuperar nuestras vidas, tenemos que convivir con las nuevas medidas de seguridad y prevención, limitaciones a la movilidad y normas derivadas del COVID-19. Debemos ir dejando a un lado el concepto de ‘nueva normalidad’ y aceptar que lo que vivimos ahora será lo normal durante un tiempo.
Para afrontar esta situación, la inteligencia, entendida como la capacidad de adaptación al entorno y los cambios, unida a la coherencia, serán fundamentales. Debemos ser inteligentes para identificar las nuevas tendencias de la población y los hábitos de consumo. Además, debemos ser coherentes y serios a la hora de dar soluciones, de forma realista y que sean viables técnica y científicamente, evitando soluciones cortoplacistas e insostenibles.
La pandemia nos ha enseñado la importancia de mantener una relación estrecha con nuestros clientes y nos ha demostrado que, cuanto más estrecha es esta relación, también es más sólida. Si a esto añadimos el servicio y la calidad, no es de extrañar que, en plena pandemia, la distribución haya reforzado su vínculo con los proveedores habituales, que le dan seguridad.
Pero no nos confiemos, tenemos que seguir pendientes de los cambios que se están produciendo en el mercado, diferenciando los que han llegado para quedarse de los que son modas en una situación de crisis sanitaria mundial.
La pandemia ha supuesto un impulso a la digitalización, no solo entendida como la implantación del teletrabajo, sino también como el uso de los datos en el campo y el almacén para la optimización de los procesos y la mejora de la competitividad.
La mecanización y automatización también son fundamentales en un sector como el de las berries, con márgenes ajustados como el resto del sector primario y donde minimizar errores es clave para reducir las posibles pérdidas. Es aquí donde toma relevancia nuestro concepto del “no problema”, gracias a la mecanización de los procesos se reducen las incidencias, optimizamos los costes e indirectamente incrementamos el valor de nuestros productos. De esta forma somos más rentables sin subir el precio.
La crisis sanitaria ha puesto ante nosotros una serie de oportunidades que no debemos dejar escapar, entre ellas la preocupación de las personas por su salud, por lo que es fundamental divulgar los beneficios nutricionales de nuestros productos. Para ello, la comunicación y el marketing, unidos a un buen servicio y, sobre todo, a un producto de calidad, son esenciales.
Nuestro trabajo en I+D+i, tanto en la cooperativa como en el sector, está orientado a desarrollar variedades que nos den precocidad, producción y calidad para cumplir las expectativas de los clientes y de las personas que consumen berries.
Por otra parte, la sostenibilidad es una tendencia clara, y en este caso, apelamos a la coherencia: debemos trabajar permanentemente para ser sostenibles y sobre todo donde podamos serlo con todas las garantías y a largo plazo. Una visión cortoplacista de la sostenibilidad no es recomendable.
Hay que seguir abriendo nuevos caminos, estar alerta a los cambios y tener el optimismo y la ilusión necesarios para seguir adelante.