Campaña tras campaña, el kiwi nacional ha ido posicionándose en el mercado europeo, y a pesar de su menor producción, comparado con las producciones italianas o griegas, se ha posicionado como un producto de calidad y reconocido.
El agua va a marcar un inicio de campaña en el que se espera un menor calibre, pero no por ello, menor calidad. Tienen los kiwicultores la obligación de que ese reconocimiento se plasme en precios justos por parte de la distribución.
El curso que inicia el kiwi tampoco será ajeno a la subida de costes que se está produciendo en el sector hortofrutícola, así, las inversiones en la optimización de procesos están siendo un denominador común. La diversificación en nuevas variedades, con el color como principal novedad, han venido para quedarse, así como la aparición de productos derivados del kiwi.
Las importaciones de ultramar han terminado sus ventas antes de lo esperado, por lo que se espera que el inicio de la cosecha española llegue con un mercado con ganas de kiwi.