E n nuestro recorrido por la Comunicad Valenciana, vistamos ahora una empresa familiar, Grupo Tollupol. Para conocer sus orígenes debemos remontarnos a 1927, cuando Joaquín Llusar y Pedro Pérez fundan la empresa Joaquín Llusar y CIA, asumiendo el primero las tareas de producción, mientras que el segundo gestiona la comercialización en París. Desde esa fecha, esta entidad ha ido evolucionando hasta convertirse hoy en día en líder de producción y comercialización de cítricos, contando con tres filiales: Joaquín Llusar y CIA (producción), Perez Lemeunier S.A. (comercialización en París), y Transporte Llusar (Logística).
Hoy es la tercera generación la que está al frente de la entidad, manteniendo ese carácter familiar, como así nos traslada Cristina Company, nieta de uno de los fundadores, que asume ahora el cargo de Responsable de Comunicación, y con quien recorremos sus modernas instalaciones, ubicadas en Quartell. “Estamos enfocados a la producción y comercialización de cítricos, sin plantearnos por el momento diversificar nuestro negocio, pues estamos convencidos de que la especialización que hemos alcanzado es un valor añadido de cara a nuestros clientes”, nos explica Cristina, al tiempo que nos avanza que uno de sus proyectos a largo plazo es aumentar su capacidad de producción propia, con un ambicioso plan de renovación varietal muy adaptado a su modelo de negocio.
Las clementinas, su gran apuesta
Actualmente, el volumen medio comercializado por el Grupo Tollupol oscila entre las 20.000 y 22.000 Tn, contando para ello, entre superficie propia, arrendada a terceros y tierras del grupo familiar, con más de 1.000 hanegadas, donde la clementina es la fruta estrella. “La demanda de la naranja de mesa está bajando, aumentando la de zumo para la industria. Por el contrario, la clementina sigue línea ascendente. Por ejemplo en Francia, las curvas de consumo per cápita ya se han cruzado, situándose por encima las clementinas”, explica Cristina.
Y es que la naranja no pasa por su mejor momento. Para los responsables de la firma, son varios los motivos que han provocado que esta familia de producto se encuentre en una difícil situación.
A factores coyunturales, como los que se sucedieron durante la campaña pasada, donde hubo una sucesión desequilibrada de las variedades debido a la climatología, calidades mediocres y crisis económicas, se le unen otros estructurales, que “nos seguirán acompañando, como es la creciente presencia de fruta de otros países que representan una dura competencia, la disminución del consumo de naranja de mesa en mercados maduros, y a la percepción que a veces tiene el consumidor de que la naranja es un producto muy estandarizado”, expone Cristina, añadiendo un ejemplo claro: “en la web del Ctifl (Centro Técnico Interprofesional de Frutas y Verduras, organismo francés), se define a la naranja como fruta económica y presente todo el año en el mercado”. Frente a esta tendencia de estandarización, en Grupo Tollupol están convencidos de que siempre existirá un nicho de mercado para el producto Premium, ya sea en naranjas o clementinas, pero solo algunos, los auténticos especialistas, como la empresa que acabamos de conocer, encontrarán en esta estrategia de diferenciación un modelo de negocio con futuro.