Nadie duda hoy en día del impacto positivo que posee la inversión en I+D en el desarrollo de la citricultura en términos de rentabilidad. Pero quizás el valor más importante para medir el éxito de nuestros emprendimientos, no sea tanto el económico como el emocional. Y con ello me refiero al concepto de felicidad. Porque la innovación en agricultura es mucho más que hablar de pruebas de ensayo o nuevos desarrollos varietales. Su fin último no puede ni debe ser otro que el de hacer feliz al consumidor final.
Y así es como lo hemos entendido siempre en SanLucar. La innovación se sitúa en el centro de nuestro negocio y velamos porque esté presente en todas y cada una de las áreas que intervienen en nuestra actividad diaria. Porque como reza nuestro lema, nos esforzamos por ofrecer el mejor sabor en fruta y verdura. Pero además, ¡durante los 365 días del año! Por lo que alcanzar nuestro objetivo resultaría impensable sin el adecuado esfuerzo en investigación.
El desarrollo de nuevas variedades; la investigación sobre cómo mejorar y alargar la vida poscosecha; la aplicación de nuevas técnicas de producción; la innovación en distribución, logística y packaging; o las mejoras en el sabor son algunas de nuestras prioridades en términos de I+D. Y todas estas innovaciones tienen en el punto de mira un objetivo común: al cliente final y sus expectativas. Podemos desarrollar estrategias orientadas a la comodidad, el sabor, el placer en el consumo o la variedad en la oferta.
Pero lo cierto es que las expectativas del consumidor han evolucionado en los últimos tiempos, desde la búsqueda de un producto que agrade y satisfaga sus necesidades, hasta un producto cuyo consumo sea capaz de ofrecerle una experiencia emocional única y positiva. Y ahí es donde reside nuestro reto, y donde la innovación resulta decisiva. Como lo es también para la propia continuidad de cualquier empresa en el mercado mundial de frutas y verduras.
Porque es importante recordar que en la era de la sociedad del bienestar, el consumidor final reclama cada vez más un producto de mayor calidad y prestaciones, y esto tan sólo se consigue desde el firme convencimiento de la importancia de invertir en I+D.