Espárragos especialmente desarrollados para cada zona de cultivo. BEJO
El trabajo de I+D de Bejo adaptado a las condiciones agroclimáticas y con un 100% de variedades macho, permite obtener producciones de mayor calidad, más uniformes y con calibres más grandes.
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La empresa especialista en la obtención, multiplicación y distribución de semillas Bejo ha dado un impulso al sector del espárrago en España con el desarrollo de variedades especialmente indicadas para cada zona de cultivo, algo que diferencia a esta casa de semillas de otros competidores a nivel internacional. Además, al trabajar exclusivamente con variedades macho, que no producen semilla, permiten ahorrar en costes de mano de obra, ya que se evita tener que hacer labores de escarda para eliminar retoños indeseados durante el cultivo, y se obtienen producciones más uniformes, de mayores calibres y de más sabor, características especialmente pensadas para responder a las necesidades de los agricultores, la distribución y el consumidor final.
Rafael de Vicente, responsable de desarrollo de Espárrago, explica que al tratarse de una genética más reciente y “fresca”, el comportamiento varietal también es mejor ante las enfermedades, y proporciona mayores rendimientos que materiales más antiguos, “agotados” genéticamente. Un ejemplo de su buen hacer en I+D es Atticus, aptitud verde 100% macho, precoz, con yemas bien cerradas, buen sabor y un atractivo color verde. Además, la empresa tiene en fase de ensayo la variedad VERDUS, aptitud verde y también 100% macho, “que pensamos es idónea para zonas de producción con clima continental extremo”.
En la gama de espárrago blanco destaca MAGNUS, que está funcionando muy bien en el norte de España y se caracteriza por su producción y, sobre todo, “por su calidad de turiones en cuanto a ausencia de tallo hueco, así como por su excelente cierre de yemas. Recomendamos probarla en campo y en la mesa”.
Alta profesionalización
La elección de una buena variedad es crucial, ya que los cultivos de espárrago permanecen en el terreno una media de 6 a 8 años, pero no todos los productores son conscientes de ello a nivel europeo, y en las últimas campañas hay zonas en las que se han plantado todo tipo de variedades ante la falta de material vegetal de referencia. “Esto es muy arriesgado, pues un cultivo tan profesionalizado debe partir de un material vegetal idóneo, adaptado a las condiciones de la zona, al manejo y a las exigencias de los clientes”, apostilla Rafael de Vicente. “En España tenemos la ventaja de estar en una zona privilegiada para la producción de espárrago, en particular el verde, y los agricultores y las comercializadoras saben hacer muy bien su trabajo, ofreciendo un producto de gran calidad”. Una labor que ha llevado al sector español a convertirse en líderes del mercado, y a lo que ha contribuido, sin duda, el trabajo de Bejo.
VIRGINIA HERNÁNDEZ