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¿Es comercio justo la relación hortofrutícola entre Alemania y España?

Francisco Borrás, experto Consultor agroalimentario, reflexiona sobre cómo ha evolucionado positivamente el consumo de frutas y hortalizas en Alemania en los últimos años. Para quien los dos elementos diferenciadores han sido los agricultores alemanes, por la tendencia del consumidor bávaro por el producto de cercanía; y los agricultores españoles, por la oferta de calidad y variada durante todo el año.

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Borrás pone el foco en por qué Alemania, con una gran disposición a pagar un mayor precio por el “Fair Trade” (Comercio Justo) de frutas y hortalizas de orígenes lejanos, sin embargo, no actúa de la misma forma con España que cumple con todas esas normas y certificaciones, para ello analiza el consumo y sus factores de cambio.

Consumo de frutas y hortalizas en Alemania
Si observamos el consumo total de frutas y hortalizas en Alemania, éste ha pasado de 129 a 140 Kg/cápita al año. Ello supone que la ingesta diaria ha pasado de 354 grs. a 385 grs. por día, lo que claramente mejora la alimentación en Alemania ya que se acerca a los 400 grs. que recomienda la Organización Mundial de la Salud.

Vemos como todas las hortalizas crecen, excepto los ajos y las cebollas que prácticamente están estables. Sin lugar a dudas, en todas las hortalizas de invernadero o de campo abierto, bien de España, Holanda o Bélgica e incluso de la propia producción alemana, ha sido determinante el que en estos momentos la oferta abarque los doce meses del año totalmente.

Sin embargo, las frutas nos señalan cómo esa evolución de su cesta de la compra ha sido diferente, disminuyen manzanas y peras (-1,47 Kg/año), cítricos (-1,79 Kg/año), fruta de hueso (-0,37 Kg/año) y kiwis (-0,28 Kg/año); y crecen el consumo de melones y sandías (+2,44 Kg/año), bananas (+1,35kg/año), exóticos (+1,18 Kg/año), bayas (+ 0,72 Kg/año) y kakis (+0’60 Kg/año).

Factores que han influido en el cambio de consumo
Estos resultados han sido consecuencia principal de los dos factores que comentábamos al inicio, los cambios en la producción propia y las nuevas aportaciones de la importación.
De un lado, los agricultores alemanes han conseguido crecer en casi todos los apartados de frutas y hortalizas, descendiendo ligeramente solo en frutos rojos y frutas de hueso. Pero en general han pasado de 3.619.000 Tn a 4.576.000 Tn, lo que suponen un crecimiento de casi 1.000.000 Tn (+26%) en frutas y hortalizas.
Respecto a las importaciones, el volumen no ha tenido mucha variación estos años, ya que se mantenían alrededor de los 8.200.000 Tn. Sin embargo, si bajamos al detalle del origen y comparamos su evolución tenemos el siguiente cuadro:

Es evidente el gran crecimiento que ha protagonizado España, que actualmente representa un tercio del total de las importaciones directas de frutas y hortalizas que realiza Alemania. O, dicho de otra manera, casi un cuarto (23,40%) del total del consumo alemán de frutas y hortalizas son productos de los agricultores españoles.
La posición geográfica de España y su climatología, el mercado Único Europeo y la distancia, también han sido factores decisivos para que las frutas y hortalizas españolas aportaran unos volúmenes decisivos para el incremento del consumo de estas en Alemania.

¿Pero es este un “COMERCIO JUSTO”?
Para hablar de un comercio justo entre España y Alemania hay que estudiar en primer lugar la fuerza que tiene la distribución en cada país y en el caso nacional ha forzado situaciones, en demasiadas ocasiones, dramáticas para los productores españoles. “Es fácil observar cómo desde otros países para exactamente los mismos productos hay una sensación que van a ser más caros que los españoles”, afirma Borrás.

La dirección estratégica española ha estado demasiadas veces concentrada en la producción, más que en el marketing y ello ha repercutido en unas estructuras comerciales débiles a la hora de gestionar las relaciones con la gran distribución.

Un ejemplo de esa posición desfavorable ha sido la presión sobre los precios de las naranjas españolas, registrándose “abusos” del 1,79 precio de venta al público IVA incluido para dos kilos de naranjas españolas de primera calidad, e incluso en algunas ocasiones hasta 1,49. “Podríamos poner más ejemplos tanto en frutas como en hortalizas con pimientos o tomates, suficientes para que forzáramos la reflexión entre los consumidores y en algunos responsables de la compra, y sin embargo es como si quisiéramos matar la gallina de los huevos de oro desde el punto de vista del consumo para la población en Alemania”, asevera Francisco Borrás.

Todo ello en un año en el que España no ha interrumpido el suministro en ningún momento a pesar de la pandemia, y que además se está preparando para seguir las directrices de la Unión Europea en la nueva estrategia (Farm to Fork), para disminuir del uso de pesticidas y fitosanitarios, el incremento de la producción ecológica y la mejora de la sostenibilidad medioambiental.

Si reflexionamos sobre la producción española y analizamos bien los que les estamos exigiendo en normas de producción y respeto a los derechos humanos de los trabajadores, la inmensa mayoría de la producción española es un “COMERCIO JUSTO”. Pero, es posible que nos hayamos dedicado más a producir bien y buenos productos, y no a darle valor con nuevas etiquetas y rebuscados mensajes de marketing a lo que producimos.

“Por ello, intentaremos convencer a los compradores y a los consumidores alemanes, que abusar del concepto del precio bajo ni es justo ni es bueno para ninguna parte de la cadena, en la que estamos todos desde los que producimos a los que consumimos”, concluye Borrás.

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