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El “veroño” amplía la ventana comercial GRAL. MELÓN Y SANDÍA

Los productores de melón y sandía comienzan antes la campaña y, en muchos casos, la alargan hasta bien entrado septiembre en busca de una mayor rentabilidad.

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Hubo una época en la que los pequeños productores, agricultores de subsistencia, conservaban los denominados melones de invierno en bodegas para poder degustarlos hasta casi final de año. Poco tienen que ver esas frutas de secano con las que se producen actualmente, llenas de sabor, dulces y con una carne homogénea y consistente que destacan por su buen comer. Sin embargo, los productores de ahora se asemejan a aquellos en su afán por alargar la ventana de recolección hasta ya entrado el otoño, en el mes de septiembre. Y es que lo que se ha dado en llamar popularmente “veroño”, (es decir, un otoño que más bien pareciera un verano eterno), ha incrementado la demanda de melón y sandía, productos cuyo consumo está estrechamente ligado a las altas temperaturas. Este aumento es especialmente destacable en Europa, no hay más que ver las cifras de exportación, que se incrementaron en volumen de enero a septiembre de este año, pero crecieron especialmente en valor: un 31% en el caso de la sandía, que totalizó 290 millones de euros, y un 7% en melón, con 258 millones de euros, según Fepex.

La campaña 2014/15 ha sido una de las más calurosas que ha vivido el sector agrícola y, como no podía ser de otro modo, también ha influido en la evolución de la producción desde un primer momento, provocando problemas de cuajado (en Almería se retrasó el inicio de la campaña de fruta de temporada por las dificultades de polinización); y ya al final del ejercicio, propagando la incidencia de virus Nueva Delhi en Castilla-La Mancha, que afectó a unas 1.000 hectáreas de melón y acabó con casi el 50% de la cosecha de variedades tardías (plantadas a finales de junio y primeros de julio), adelantando así el final de la recolección, según el presidente de la Lonja Hortofrutícola del Melón y la Sandía de Castilla-La Mancha, Cristóbal Jiménez.

Fashion y vertebración

En la balanza comercial, aunque sigue pesando más en volumen el melón (22.900 Has a nivel nacional), cada vez se advierte más la apuesta de las empresas por la sandía (19.800 Has a fecha de septiembre de 2015 frente a 18.100 en 2014), y ya podemos ver cómo firmas de regiones tradicionalmente meloneras como Agroborja, en La Mancha, apuestan por ella dejando de lado al Piel de Sapo y desdibujando el mapa de producción. La sandía está de moda, y el sector así lo manifiesta. En múltiples ámbitos, desde organizaciones agrarias a entidades de análisis de referencia como Cajamar, se pone de ejemplo comercial al Grupo Fashion, que ha sabido vertebrar la oferta a través de la unión de varias empresas y, gracias a su apuesta por el sabor y la homogeneidad de la calidad, ha devuelto a esta fruta su popularidad en los mercados. A todo ello se ha sumado una cuidada estrategia de marketing que aúna formatos muy comerciales (calibres mini para familias reducidas) con un packaging innovador. Hablamos de Fashion Go, esto es, una marca de sandía Fashion de calibre pequeño que se vende en una cómoda malla con asa para facilitar el acto de compra al consumidor. Tal es el éxito de esta sandía sin pepitas, que buena parte de las casas de semillas siguen desarrollando variedades similares.

Otro de los hitos a destacar en esta campaña en materia de concentración, ha sido la puesta en marcha de la Lonja Hortofrutícola del Melón y la Sandía de Castilla-La Mancha y de la Interprofesional, que han desarrollado su primer ejercicio ofreciendo datos de la evolución y el desarrollo de los precios y la producción. Esta organización se marca como objetivo promover unos estándares de calidad homogéneos entre los agricultores, algo que, sin duda, beneficiará al sector de la región.

Presente y mucho futuro
Las casas de semillas se afanan en el desarrollo de nuevas variedades que satisfagan totalmente al consumidor y se diferencien en los lineales del supermercado. Ya hemos podido ver algunos ejemplos de éxito como Jimbee de Jimbofresh en melón, una variedad que se creó hace cinco años y que da un paso más en materia de sabor, con matices que recuerdan a la miel por su nivel de dulzor. En sandía, Bayer ha lanzado Stellar F1 con su marca Nunhems, negra y sin pepitas para invernadero y ciclo temprano, siguiendo las tendencias que demanda el mercado y las necesidades de los agricultores, que abogan por ampliar la ventana comercial iniciando antes la campaña para obtener mejores precios.

Por su parte, Syngenta ha presentado dos novedades para cultivos invernados, una en melón Piel de Sapo (Elzar) para trasplantes medios tardíos con buena conservación en poscosecha, y otra en sandía de tipo Jubilee (Red Jasper), cuya carne es de color rojo intenso, crujiente y con alto contenido en azúcar. Para plantaciones al aire libre ha apostado por una novedad en el formato mini, Bibo.

La I+D es el camino para seguir avanzando en el sector. Y para ello las empresas deben reforzar el estudio de variedades que alarguen el ciclo en mejores condiciones, se adapten al clima y destaquen por su sabor, sin dejar de lado la poscosecha y la tendencia creciente a formatos de menor calibre. En sus manos está el futuro de la fruta de temporada.

VIRGINIA HERNÁNDEZ

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