Ruchey
Ubicados en la localidad de Callosa d’en Sarrià, en la comarca de la Marina Baja alicantina, y con más de 60 años de historia, esta cooperativa, que trabaja con la marca Ruchey, tiene como objetivo, campaña tras campaña, servir al consumidor los mejores productos, “auténticos”, como los define su gerente, Andrés Llorca.
La cooperativa produce cítricos, aguacates y, sobre todo, nísperos, con una superficie en esta localidad de 800 ha. Con una producción media de 12 millones de kilos, la cooperativa exporta el 80% del total a países como Alemania, Francia, Reino Unido, Bélgica, Italia, Canadá, Israel, Estados Unidos, Grecia, Holanda, Kuwait, Arabia Saudí y otros países de Oriente Medio.
Además, estos nísperos cuentan con el sello de la Denominación de Origen Protegida del Níspero de Callosa, lo que le aporta un valor añadido por sus múltiples virtudes organolépticas, además de que no requieren ningún tratamiento postcosecha y se pueden envasar según se recogen, apunta Llorca.
Campaña
El inicio de la temporada de níspero se concentra entre abril y mayo y finaliza en junio, y este año viene condicionado por la falta de agua. La campaña de 2022 se cerró con un 30% menos de producción y un precio que no compensó la falta de volumen, y Llorca espera unas cifras similares para 2023. “Llevamos 4-5 años muy marcados por las inclemencias meteorológicas y vaivenes económicos y la distribución exige regularidad”, detalla el gerente de la Cooperativa de Callosa d’en Sarrià, quien explica que el níspero es un producto muy sensible a la falta de agua, lo que provoca el menor calibre y la merma de kilos.
Costes
Como problema transversal a todo el sector hortofrutícola, la cooperativa no se libra de soportar la subida de costes generalizada de los últimos años, que con dificultad consigue trasladar a la distribución, “no es un momento fácil para transmitirlos porque el cliente final tampoco está en su mejor momento”.
Sin embargo, Llorca pide coherencia para el mensaje que se está transmitiendo respecto a la subida de precios, “nosotros asumimos la subida del SMI, la sociedad debe entender que supone un incremento de nuestros costes, que asumimos una parte, pero otra debemos transmitirla para seguir siendo sostenibles como negocio”.
Recalca también que, por suerte, y con una trayectoria como la de esta cooperativa, sus clientes le han ayudado a que esta situación fuese lo menos desfavorable posible.
«Debemos transmitir los costes en la cadena para seguir siendo sostenibles»
Retos
El níspero es un producto muy específico, de nicho, y a diferencia de los cítricos o el aguacate “tiene muchos sustitutos”, por ello, Llorca señala que el objetivo es transmitir las cualidades de un producto único.
Las inclemencias climáticas no solo afectan a las producciones españolas, todo el mundo las está sufriendo, lo que se traduce en falta de producto en los mercados europeos, “ahora mismo hay mayor demanda de frutas y hortalizas, puesto que hay ventanas que no están llegando con los volúmenes habituales”.
También la mano de obra está lastrando las campañas, tanto por el coste que supone para la cooperativa, como por la ausencia de personal durante las cosechas.