“El incremento del consumo es un balón de oxígeno para el sector”. ANECOOP
Los productores y comercializadores citrícolas ven una oportunidad en el nuevo escenario, donde el nivel de demanda les favorece. El reto es ahora no dejarse llevar por el éxito y seguir trabajando para ofrecer la máxima calidad, seguridad alimentaria y sostenibilidad, respondiendo a las tendencias de mercado. Nos lo cuentan desde Anecoop los responsables de la categoría en las áreas de cítricos de Comercial y Producción y Desarrollo, Nacho Juárez y Miguel Martínez.
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La pasada campaña supuso un revulsivo para el sector citrícola al registrar las mejores cifras de los últimos años, en los que estaba sumido en bajos precios. Sin duda, el COVID-19 ha impulsado el consumo y ha favorecido su situación y las expectativas para este ejercicio 2020/2021. Sin embargo, desde Anecoop consideran que hay que ser precavidos: “Este incremento del consumo representa un balón de oxígeno para el sector, pero no debería ser el motivo principal para la renovación varietal, porque si crece la superficie de determinados materiales impulsada sobre todo por la pandemia, puede producirse una superproducción cuando pase esta situación”, comenta Miguel Martínez, responsable de Producción de Cítricos.
De momento, en esta campaña, las plantaciones registrarán un mayor volumen de producción de forma natural en Anecoop y en el sector en general, especialmente en los primeros meses, que vendrá acompañado de buenas expectativas comerciales: “La temporada ha comenzado con normalidad y a buen ritmo de recolección y venta”, señala Nacho Juárez, responsable comercial de cítricos de Anecoop, aunque no cree que la demanda sea tan acusada como en el primer confinamiento.
Para ser más específicos, la clementina, que el año pasado se quedó corta en producción, verá aumentado este ejercicio su volumen, así como sucederá en las variedades tempranas de naranjas.
Entre los retos de esta campaña, más allá de seguir abasteciendo con las máximas medidas de seguridad frente al COVID-19, el sector y por tanto también Anecoop, trabajan para poder combatir las posibles plagas y enfermedades con el menor uso de tratamientos fitosanitarios posible, tal y como exige el mercado. En este sentido, una de las líneas que llevan a cabo es una renovación varietal buscando variedades y portainjertos más resistentes que requieran menos tratamientos.
Renovación varietal
La constante renovación de variedades es una de las hojas de ruta de Anecoop. “No es fácil introducir novedades porque el calendario varietal español cuenta con cítricos de muy buena calidad, aunque siempre hay espacio para la mejora”, señala Miguel Martínez. A este respecto, ensayan mutaciones del grupo Navel que aporten precocidad y a su vez resistencia a fisiopatías como el creasing (ó clareta), que produce muchos destríos en Navelina. También mutaciones de Navel especialmente tardías, con resistencia a la caída, para recolectar, si puede ser, en mayo o junio. Asimismo, y dada la tendencia del mercado por los productos funcionales, cuentan con líneas que suponen opciones con licopeno (pigmentos rosados), o bien con antocianos (pigmentos rojos).
En mandarinas, fruto del proyecto GOCITRUS, disponen de algo más de 1.600 nuevas líneas (entre híbridos e irradiados) para ir seleccionando los mejores materiales y siempre sin semillas. “Y en portainjertos, seguimos evaluando nuestra colección en el campo experimental de Museros”, concluye Martínez.
Protocolos fitosanitarios
Anecoop subraya su preocupación por la poca rigurosidad de la UE para controlar que los productos de importación cumplan con los protocolos fitosanitarios, especialmente ante los riesgos de plagas que ello conlleva, como representa el greening. “Los controles deben ser sistemáticos y con bloqueos de importación en el caso de suponer un incumplimiento reiterado”, manifiestan.