Cuando hablamos por teléfono con Antonio Domene, recién nombrado vicepresidente de Kimitec, su ilusión en este nuevo proyecto profesional es más que palpable: «Es una empresa de profesionales con un talento brutal, gente brillante, y estoy muy agradecido porque hayan contado conmigo».
Según comenta Domene, Kimitec es posiblemente «una de las empresas más innovadoras en el mundo de la agricultura» y, de hecho, cuenta con el centro de investigación en biopesticidas más grande de Europa. Conscientes de los nuevos retos del sector, entre los que destacan la progresiva reducción del uso de fitosanitarios y fertilizantes químicos que promulga la nueva estrategia europea ‘Del campo a la mesa’ (From Farm to Fork), y que viene a unirse a la presión de la gran distribución -que impone LMR propios por debajo de los fijados por la UE-, en Kimitec han «decidido acelerar la innovación para llevar al productor al residuo 0 siendo rentable», explica Domene.
Y es que, cada día, la Autoridad Europea prohíbe nuevas materias activas; ahí están los recientes casos de Mancozeb, Tiofanato y Chlorpyrifos, y en los próximos meses otros productos emblemáticos de la producción agrícola mundial se irán prohibiendo y limitándose su uso en sus mercados.
Es lógico pensar que a las grandes multinacionales, a quienes se les están retirando del mercado los pesticidas multisite, con los que todavía tenían varios años de trayectoria, tendrán menos capacidad de reacción para desarrollar nuevas soluciones que cumplan con el nuevo planteamiento de la UE para la multitud de plagas y enfermedades presentes, emergentes y minoritarias. Como consecuencia, los productores cada vez van a tener menos productos con los que combatir plagas y enfermedades que ya tenían controladas, aquellas que surgen nuevas y las que poco a poco regresan al campo.
Ante esta situación, y mientras la Administración europea no apruebe una normativa específica para el registro de productos naturales, los agricultores se encuentran sin soluciones y en un callejón sin salida. Aunque se espera que la estrategia de la UE acelere la aprobación de una normativa específica para el registro de fitosanitarios, para cuando esto pase, habrá multitud de plagas y enfermedades sin una solución natural igual de eficaz a las que existían de síntesis química.
En este contexto, Kimitec propone una solución directa a los problemas de los productores: los MAAVi Labs. Se trata de acuerdos estratégicos de largo recorrido para la investigación y desarrollo. “Trajes a medida” dirigidos a cooperativas, SAT y grandes productores que pivotan en torno a la gran temática de la mejora de la productividad sin residuos, pero que se complementan con otros asuntos fundamentales para la agricultura como el aumento de la vida postcosecha, y la mejora de la calidad y cualidades organolépticas de frutas y verduras. Y justo en este punto es donde entra en juego Antonio Domene.
El Tesla de la Agricultura
Para Félix García, CEO de Kimitec Group: “Ante la compra masiva por parte de multinacionales de empresas biotecnológicas de las que hemos sido testigos en los últimos meses, nosotros hemos emprendido el camino contrario: reforzar nuestra estructura con grandes profesionales como Antonio Domene para liderar los MAAVi Labs”.
Conocedor del sector, de sus problemáticas y del tipo de soluciones que se necesitan para adaptarse a los grandes cambios que se avecinan, Antonio Domene es muy consciente de la exigencia de la gran distribución y del gran cambio que se avecina por las nuevas medidas que plantea la Unión Europea, pero también del tremendo esfuerzo que tienen que hacer los productores en los próximos años para mantener sus productividades tras la constante disminución de pesticidas para el control de plagas.
Domene cuenta que el primer día que visitó MAAVi Innovation Center se enamoró del proyecto, de su dinámica de trabajo y su centro de investigación, ¡el mayor de Europa dedicado a la agricultura natural!
“Me convenció desde fuera, estando yo en CASI. Me pareció increíble que desde Almería una empresa tuviera una visión tan nítida de la problemática que va a vivir el sector en los próximos diez años y tuviera tan claro qué se necesita para formar parte de este cambio estructural que afronta el sector: herramientas naturales igual de eficaces que el químico, cumpliendo a su vez con el residuo cero y manteniendo la productividad. Realmente pensé que eran el Tesla de la agricultura. Lo ideal sería que todo el mundo pudiera venir a ver lo que sucede aquí”, señala Domene.
¿Qué esperar de un MAAVi Lab?
Ya hay varios MAAVi Labs en marcha esperando el pistoletazo de salida en breve. Pero un MAAVi Lab no es un acuerdo de investigación en el que cualquiera puede participar. “Tenemos claro que este tipo de acuerdos están dirigidos a grandes productores que quieren anticiparse al cambio que se avecina y ser los primeros en llegar al residuo cero a la vez que mantienen o mejoran su productividad”, apunta Félix García.
No solo es un formato disruptivo, sino también significa el comienzo de un nuevo tipo de relación muy estrecha donde un gran productor amplía su I+D a través de Kimitec, haciendo suyo un centro de 20 millones de euros y sirviéndose de éste para demostrar a la gran distribución su compromiso con el objetivo de una agricultura productiva y de residuo cero.