Según explicó la FAO mediante un comunicado, se trata de la cepa TR4 de la fusarosis, una de las enfermedades más destructivas para el banano y que, tras extenderse desde Asia hasta África y el Medio Oriente, podría llegar pronto a Latinoamérica.
En este sentido, el organismo autónomo de Naciones Unidas (ONU), con sede en Roma, señaló que la expansión de esta enfermedad supone una seria amenaza para la producción y exportación del plátano que podría provocar graves repercusiones en la cadena de valor de este producto, el octavo cultivo alimentario más importante del mundo.
Para combatir esta enfermedad, la FAO recomendó, entre otras medidas, la adopción de sistemas adecuados de evaluación de riesgos, la implementación de medidas fitosanitarias para su prevención y enseñar a los técnicos, productores y trabajadores agrícolas a identificar la enfermedad.
La cepa TR4, «conocida también como la enfermedad de Panamá», infecta las variedades de banano «Cavendish», que son las más comercializadas en el mundo.
El marchitamiento está causado por el hongo Fusarium oxysporum, que puede permanecer activo durante décadas y que, una vez que accede a un campo, no puede ser completamente eliminado con las prácticas y fungicidas convencionales.
La FAO explicó en el comunicado que la mejor manera de luchar contra la enfermedad es evitar su propagación, lo que supone evitar el movimiento de material vegetal enfermo.
La nota informativa de la FAO destaca la importancia del uso de plántulas libres de la enfermedad y evitar la entrada y salida de partículas de suelo y material de siembra infectados de las explotaciones, ya sea mediante el transporte, los visitantes o por otros medios.