Los incrementos en los costes energéticos, logísticos y de las materias primas ha llevado a la economía española a una espiral inflacionista que tocó techo en diciembre, con un crecimiento interanual del IPC del 6,5%, y que en enero continuó en un elevado nivel del 6%, según publica Cinco Días. Esto, como no podía ser de otra forma, también se trasladó al sector alimentario, si bien con subidas más bajas que el índice general. Primero fue la industria la que empezó a subir precios y, por último, a la distribución, que ya ha tenido que repercutir estas alzas a los lineales para salvar sus márgenes.
La cesta, por tanto, se sigue encareciendo, como muestran también los datos de enero del Índice de Precios en Origen y Destino de los alimentos (IPOD), que elabora la organización agraria COAG. Este mide la evolución de más de una treintena de alimentos frescos de la cesta de la compra, tanto en origen, es decir, lo que percibe el agricultor o el ganadero, como en destino, lo que cobra el comercio minorista.
Además, otras cinco categorías han experimentado incrementos por encima del 10% en el último año: los tomates de ensalada (+10,1%); la manzana (+11,2%), el plátano (+15,3%) y la pera (+15,6%).
«Los costes de producción están subiendo y eso repercute en toda la cadena», analiza Álvaro Areta, responsable técnico de cadena alimentaria de COAG. «Lo que se produce en invernadero se ha parado y hay menos producto. En el centro de Europa, por ejemplo, las producciones están muy paradas por el encarecimiento del gas».
Diferencia entre origen y destino
Según el índice de COAG, los productos agrícolas multiplicaron en enero su precio en 4,95 veces desde lo pagado en origen y lo abonado en destino. En el mismo mes de 2021, el múltiplo fue de 4,22. Las mayores diferencias se dieron en la naranja, con una diferencia del 1.021%: de 0,14 euros a 1,57; en el limón, con un 96%, de 0,20 euros a 2,13; o en el ajo, de 0,69 euros a 5,89, un 754% más.
En los productos ganaderos el sobreprecio fue de 3,12 veces, inferior a los 3,41 de enero del año anterior. En su caso, los precios en origen subieron proporcionalmente por encima de los de destino, que lo hicieron de forma moderada. Esto permitió acortar las diferencias, aunque todas las categorías de productos cárnicos que mide el IPOD crecieron en su precio final.
La que más lo hizo fue el pollo, un 8,7% hasta 2,99 euros el kilo. La propia COAG ha denunciado los incrementos en los costes de producción que sufren los ganaderos avícolas, del orden del 150% en energía, del 100% en plásticos, de entre el 40% y el 60% en gasóleo, o del 25% en piensos, que a juicio de la organización han «dilapidado» los estrechos márgenes del sector. Entre enero de 2022 y el mismo mes de 2021, su precio en origen ha crecido un 38%.
Cordero (+8,3%), ternera (+5.5%), huevos (+6,7%), conejo (+4%), cerdo (+1,7%) y leche de vaca (+1,3%), también mostraron incrementos en sus precios de destino en enero.
Pero no todo fueron subidas. Hasta 10 productos han reducido su precio en el último año. El que más, el pepino, un 18,8%, seguido de la lechuga (-15,2%), naranja (-15,2%), pimiento verde (-13,1%), cebolla (-11,8%) o el fresón (-6,6%). Otros como el pimiento rojo, el ajo, la zanahoria o el brócoli también han bajado, aunque en menor proporción.
Fuente: Cinco Días