La guerra de Ucrania ha disparado la inflación y la incertidumbre ‘reina’ en el sector hortofrutícola. ¿Cómo gestionan esta situación?
Si algo caracteriza al sector es, sin duda, nuestra gran capacidad de adaptación a un entorno altamente cambiante. El escenario en el que nos hallamos ahora mismo nos ha llevado a focalizarnos, aún más si cabe, en la eficiencia operativa, buscando continuamente oportunidades de mejora y trabajando muy estrechamente con nuestros proveedores y clientes para encontrar soluciones más eficientes en cada eslabón de la cadena. Esto ha ido acompañado de un análisis exhaustivo de todos los procesos y un riguroso control de costes, buscando la forma de minimizar, en la medida de lo posible, las pérdidas de rentabilidad que la escalada de precios de los combustibles, la energía, los fertilizantes, el agua, etc. están provocando desde hace ya más de 10 meses. Así pues, en un contexto complicado como este, como compañía, nos apoyamos en los pilares de nuestro plan estratégico ‘Horizon 2025’, poniendo el foco en el cliente, potenciando al máximo nuestra capacidad de innovación y buscando, como decía, la máxima eficiencia operativa.
Los costes han subido un 30% y resulta casi imposible repercutirlos al cliente. ¿Por qué es tan difícil?
En Agromediterránea siempre hemos trabajado de la mano de nuestros clientes, con quienes mantenemos un contacto muy estrecho, precisamente, para poder conocer y atender sus necesidades, y trabajar de forma coordinada. El aumento de los costes, en este caso, es algo que nos afecta a todos, también a ellos, que sufren pérdidas de rentabilidad. Gracias a la colaboración entre todos los eslabones de la cadena, hemos procurado minimizar el impacto.
Evidentemente, cuanto más saneada y mejor estructurada esté una compañía, cuanto más sólida y eficiente sea, mejor podrá afrontar una situación como la que estamos viviendo. No obstante, es inevitable que en un contexto como este suframos todos. Creo que se va a producir una reordenación muy fuerte de la oferta y la demanda, lo que provocará a su vez que aparezcan nuevas oportunidades. Nosotros estamos preparados para aprovecharlas.
¿Considera que el valor de la marca como garante de calidad juega hoy un papel clave en la decisión de compra del consumidor?
En el caso de las hortalizas, el consumidor prima la calidad y la frescura del producto, pero cada vez tiene más en cuenta otros aspectos como la sostenibilidad de los envases. En este sentido, desde Agromediterránea, como especialistas en MDD, ofrecemos nuestros productos directos del campo en diferentes formatos medioambientalmente sostenibles: a granel, con fajín de papel kraft, en bolsa de papel kraft y PLA, en malla de celulosa, en bandeja de cartón o celulosa… Lo importante es que los clientes tengan a su disposición alternativas para que puedan escoger las que más se adapten a sus necesidades y prioridades.
Además, la innovación es una de nuestras señas de identidad, tanto en la búsqueda de semillas más resistentes como en el cultivo de nuevas variedades. Nuestro catálogo no deja de crecer y, de hecho, recientemente, incorporamos el calabacín blanco, la berenjena negra y el pimiento Lamuyo, por ejemplo. Aun así, es cierto que hay determinados productos más especiales, con mayor valor añadido, que no se encuentran tan fácilmente en los lineales y que el consumidor sí es capaz de identificar como de una marca concreta. Es el caso, por ejemplo, de nuestros rabanitos BIO Sun&Vegs, que distribuimos en un envase muy especial, elaborado con plástico reciclado recuperado de zonas costeras del Sudeste Asiático (Prevented Ocean Plastic).
Asimismo, el año pasado, desde nuestra marca propia Sun&Vegs, llevamos a cabo un ambicioso proyecto de rediseño de todos nuestros envases y etiquetas para mejorar el reconocimiento de marca, optando por una estética claramente identificable en los lineales, muy limpia, poniendo en valor y dándole protagonismo al producto, su origen, características organolépticas… En cualquier caso, creemos que, en situaciones como la que estamos viviendo, tanto con MDD como con MDF, lo importante es que el consumidor tenga a su disposición el mejor producto fresco, de gran calidad, con todas las garantías de seguridad alimentaria y trazabilidad.
Hay que trabajar en nuestros activos intangibles para conectar con una sociedad cada día más crítica, responsable y solidaria. ¿Qué piensa de esta afirmación?
Creo que es totalmente cierta. Existe una gran tendencia hacia la concienciación medioambiental, no solo de los consumidores más jóvenes, sino de toda la sociedad. Todos estamos cada vez más conectados como consumidores, por lo que este tipo de tendencias se ven potenciadas, y la preocupación por la sostenibilidad hace ya mucho que es una realidad. Eso sí, una realidad que no siempre se traduce en ventas, porque al consumidor aún le cuesta cuando el precio se incrementa por utilizar, por ejemplo, un envase más respetuoso con el medio ambiente. Por ello, desde el sector estamos haciendo una labor de educación, a través del etiquetado y de los propios envases, donde explicamos no solo las características del producto, sino también, por ejemplo, información relativa a esa sostenibilidad. Por poner un ejemplo, en el caso de nuestras bolsas de PLA y kraft, se indica que se trata de un envase 100% biodegradable y compostable.
SU PLAN ESTRATÉGICO ‘HORIZON 2025’
1. Foco en el cliente.
2. Potenciación de su capacidad de innovación.
3. Búsqueda de la máxima eficiencia operativa.