Las características agroclimáticas del Altiplano de Granada en cuanto a temperaturas y topografía, confieren a las producciones agroalimentarias unos rasgos de gran calidad, muy apreciados por los consumidores y los mercados. Sin embargo, es necesaria la certificación de dicha calidad para competir en los mercados más exigentes e indispensable para las exportaciones.
Para avanzar en los procesos de certificación de las producciones agrarias, la semana pasa tuvo lugar en Baza una reunión de la Asociación de Agricultores, Ganaderos y Productores, AGAPRO, con los gerentes de la certificadora AGROCOLOR, Juan Pérez Zamarrón, y la consultora Proyecta Ingenio, Francisco Guillén Salmerón. También asistió a la reunión Miguel Rodríguez de la Rubia, Director Banca de Empresas de Economía Social y Agroalimentario de Cajamar y nuevo presidente de AGROCOLOR.
El objetivo es la confección de un convenio de colaboración entre estas entidades que abarque la certificación, la formación, la investigación y la mejora de los procesos de producción con el fin de dar visibilidad a los productos del Altiplano de Granada y obtener mejores precios para los asociados.
José Antonio Azor, presidente de AGAPRO, ha indicado que “los productos certificados cuentan con mayor demanda e interés por parte de los operadores y abren un gran abanico de comercialización pensando en la exportación”.
Por su parte, el gerente de AGROCOLOR, Juan Pérez, ha señalado que “el manejo de las explotaciones agrícolas para la certificación en producción ecológica e integrada en el Altiplano es más fácil de obtener que en otras latitudes debido a su climatología y virginidad”.
Francisco Guillen, gerente de Proyecta Ingenio, ha aclarado que “en los procesos de certificación la dificultad estriba en la documentación de todas las actuaciones llevadas en campo y en la industria, ya que hoy en día los agricultores cumplen con la mayoría de los estándares de calidad.
Finalmente, Miguel Rodríguez animó a la creación de una agrupación de agricultores bajo el paraguas de Organización de Productores de Frutas y Hortalizas (OPFH), para programar las producciones y concentrar la comercialización, bien de forma propia o bien mediante las estructuras de organizaciones de 2º grado.
El Altiplano de Granada cuenta en un gran potencial hortofrutícola, ya que es el eslabón de enlace entre las producciones de invierno de la costa para cerrar el ciclo productivo anual. Según Pedro Castillo, técnico de la asociación, “existe un gran futuro en el sector, ya que está prevista la modernización de 6.000 hectáreas de regadío con agua procedente del embalse del Negratín, sin embargo, es necesaria la certificación de la calidad para que los agricultores obtengan el valor añadido que se merecen sus productos” ha concluido Castillo.
El futuro convenio de colaboración hará hincapié en la certificación GLOBAL G.A.P., quizá la más reconocida a nivel mundial, pero también se centrará en la certificación ecológica e integrada que da pie a la obtención de otros muchos sellos que garantizan la calidad.