A DEBATE. Los cítricos españoles gozan de una gran diferenciación que debe potenciarse con urgencia
No solo por su gran calidad y servicio, sino por proximidad, sostenibilidad social, medioambiental, seguridad alimentaria…
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Son muchos los atributos que debe poner en valor el sector productor citrícola español y no hay que esperar más para difundirlos dado el crecimiento de la superficie en países terceros, especialmente en Marruecos, Turquía y Egipto, y ante las dificultades propias del contexto económico y climático actual.
PARTICIPANTES:
Miguel Abril, director comercial de Anecoop.
José Rodríguez, gerente de Sintesis.
Enrique Bellés, presidente de Intercitrus.
Javier Cano, gerente de Eurosemillas.
En los últimos años, solemos ver a Sudáfrica como el caballo de batalla para el sector español; sin embargo, comercialmente no es este país el que lo puede hacer tambalearse, sino más bien Marruecos, Turquía y Egipto, que están plantando miles de hectáreas de cítricos a un precio con el que no podemos ser competitivos. Además, en el ámbito sanitario, la entrada de plagas y enfermedades es una realidad que hace temer el futuro del sector por virus como el HLB, que ya se encuentra a las puertas de nuestras plantaciones.
El desarrollo de políticas comunitarias europeas que protejan al sector, promocionar sus valores diferenciales frente a estos países, la optimización de procesos y la tecnificación, el cambio de las estructuras productivas, la adecuada gestión del agua… son algunos de los imperativos para el sector, según se puso de manifiesto en la Mesa Redonda celebrada el pasado mes de noviembre en la sede de Anecoop, en Valencia, y que contó con Miguel Abril, director comercial de esta cooperativa de segundo grado; José Rodríguez, gerente de Sintesis; Enrique Bellés, presidente de Intercitrus; Javier Cano, gerente de Eurosemillas; la presencia de María Pilar Fos, directora de Intercitrus, y que fue moderada por Amalia del Río, directora de la revista MERCADOS.
«Debemos trabajar para que nos perciban como un producto local europeo»
También se subrayó el nuevo escenario que abre la llegada de los fondos de inversión al sector, que concentran la oferta y transforman el campo, y cómo se debe potenciar la marca España para que el cítrico no se elimine de la cesta de la compra en este contexto económico en el que el consumidor va a elegir y donde no hay que dejar de apostar por producir calidad “ahora más que nunca”.
MERMA E INFLACIÓN
Se suceden ya cuatro campañas con bajadas de producción de cítricos. ¿Qué consecuencias tendrá para el futuro este descenso?
M. Abril: Creo que este descenso es coyuntural. Este año hay una reducción que se explica por los periodos prolongados de lluvias en primavera, la ola de calor del verano, la falta de agua de riego, el cansancio de los árboles… pero las superficies no disminuyen. Sí se confirma un reparto distinto tanto de zonas productivas como de calendario. La fuerza de Andalucía es un hecho evidente con un calendario productivo creciente en la segunda parte de la campaña, tanto en naranja como en mandarina.
E. Bellés: Estoy de acuerdo con Miguel, la secuencia histórica indica que el descenso de la producción se produce en el corto recorrido. Este año, debido a cuestiones climáticas y el anterior por la vecería, pero la media es una tendencia creciente. Evidentemente, hay que distinguir las zonas productivas. Andalucía cada vez tiene mayor importancia en naranjas y la Comunidad Valenciana sigue liderando las mandarinas, aunque en esta última hay abandono de tierras y se tiene que trabajar para ser más eficientes con el sistema minifundista.
J. Rodríguez: Creo que, irremediablemente, vamos hacia una tendencia de cambio de estructura productiva. Los periodos de calor son más largos y continuados, y la pluviometría es menor que la serie histórica. Se está dando un trasvase de naranjas desde la Comunidad Valenciana a Andalucía, donde tenemos serios problemas de agua. Tendremos que llevar a cabo un aprovechamiento de los recursos diferente si queremos mantener esa superficie. Por otro lado, también se está produciendo desde hace años un abandono de tierras cultivables citrícolas en la Comunidad Valenciana y, sobre todo, en Castellón, quizás provocado por la estructura de la propiedad; son pequeñas parcelas y es difícil el relevo generacional.
J. Cano: Ver la tendencia es lo más importante. La mandarina va al alza en segunda temporada y debe ir a la baja en primera. ¿La naranja va a seguir creciendo o no? Es la gran pregunta. Hay una tendencia de abandono de pequeños productores. Pero con la llegada de los fondos de inversión al sector, confío en que las fincas se van a transformar, seguramente con una apuesta por nuevas zonas y con más tecnología.
Es una realidad que, a menor producción, mejores campañas comerciales. ¿Se cumple?
M. Abril: Al final, el precio viene determinado por la oferta y la demanda. Si hay una oferta reducida, lógicamente nos tiene que ayudar a tener mejores precios. En esta campaña debería pasar, pero no sabemos finalmente cómo se va a comportar la demanda. De hecho, el año pasado, el mercado de los cítricos ya mostró síntomas de cansancio. El descenso del consumo de naranja es un hecho constatado y se vio de forma flagrante. Prueba de ello es que las importaciones de naranjas desde el 1 de enero a junio fueron el 30% menos y, sin embargo, el mercado no respondió. Y la campaña de mandarinas tardías se alargó más de lo esperado por falta de demanda. Para esta temporada, se prevé un 15% menos de oferta y menos volumen procedente de Marruecos. La cuestión es cómo hacemos para aumentar la demanda.
E. Bellés: En el nivel de precio influyen, en gran medida, las importaciones de países terceros. Y el problema es que las exigencias productivas comunitarias no son las mismas para ellos, dándoles mayor nivel de competitividad. Extraemos de estudios oficiales que, para el consumidor, el principal factor de compra es el precio y nosotros no podemos competir en ese aspecto con la producción de países terceros. Por otra parte, los cítricos están disponibles en el lineal los 12 meses del año, por lo que no hay un elemento novedoso cuando empieza la campaña nacional. Tenemos que promocionarnos mejor y generar esa necesidad en el consumidor.
«Tenemos la falta de agua como factor limitante de desarrollo»
J. Cano: Cuando fluctúa la oferta, el precio al consumidor varía poco y el del productor mucho. Existe un desequilibrio en el precio al consumidor y al agricultor. Y ahí es donde creo que habría que trabajar. Además, este país está muy atomizado, de 770 exportadores se ha reducido a 300, pero siguen sobrando la mitad. Los fondos de capital riesgo que están entrando en el sector citrícola van a ayudar a unir la producción y regular la oferta, no creo que sea negativa su entrada, sino todo lo contrario.
J. Rodríguez: En referencia a estos fondos, en su hoja de ruta no tienen previsto comprar tierras, salvo las de las empresas que han sido adquiridas. Por este motivo, no mirarán el precio que le quede al agricultor, ni cuidarán que se vele por un precio digno.
¿Se ha podido repercutir el incremento de costes de producción en el precio final del producto?
M. Abril: Ojalá, porque esa sería la clave. En la campaña anterior fuimos capaces de trasladar este incremento de costes a los productos que tenían escasez de oferta. Pero en aquellos en los que había un volumen importante, no. Aunque podamos repercutir algo, todo no se puede. La clave está entonces en ser más eficientes y reducir costes. Y centrar el foco en la calidad, ahora más que nunca.
J. Rodríguez: Coincido con Miguel, solo somos capaces de repercutir el precio cuando hay escasez de producto y eso lo hemos experimentado también en la fruta de hueso. El año pasado tuvimos todos los factores en contra y, sin embargo, al tener poco producto conseguimos esa subida. En el hogar, el consumidor va a recortar gastos y esperamos que los cítricos entren en de la cesta. Para que esto ocurra, tenemos que reforzar la calidad.
J. Cano: En EE.UU., los grandes productores manejan una cuota mayoritaria de hasta el 80%, y dominan e influyen en el mercado. Sin embargo, en España estamos muy atomizados, lo que no nos deja fuerza a la hora de negociar el precio. Como ejemplo, uno de nuestros grandes productores solo representa el 7-8% de la producción nacional. Además, no tenemos grandes marcas que den valor al producto como pasa, por ejemplo, en la manzana con Pink Lady, y eso sería beneficioso para todos. Hay que incrementar el consumo, pero con calidad y con marca.
Valencia tiene un 47% de la producción y, aunque lidera la exportación con diferencia, cada vez más se apuesta por minimizar costes, por ejemplo, acortando procesos con almacenes en Andalucía y comercializando de forma directa. ¿Esta situación de costes puede cambiar el esquema de comercialización?
J. Rodríguez: Es lógico este trasvase porque la subida de costes que hemos tenido tan brutal se va a quedar. Aunque se relaje la inflación, el aumento de costes a nivel global no va a cambiar. Se desplazarán entonces las estructuras para estar más cerca de la producción. Parece ser una tendencia acelerada, sobre todo impulsada por los fondos.
M. Abril: El cambio ya se está produciendo. La Comunidad Valenciana tiene ciertas ventajas competitivas, como su situación geográfica, variedades de clementinas que no hay en otro sitio… pero tiene un hándicap enorme: su modelo de estructura de la propiedad. De hecho, el abandono de tierras se produce, principalmente, por este motivo. El minifundismo está provocando que vaya perdiendo peso en beneficio de Andalucía.
E. Bellés: El proceso de optimización de procesos en los almacenes se está llevando a cabo desde hace años y hay que seguir en ese camino. Si la estructura de la oferta fuera diferente y estuvieran más unidos, quizás se podría ejercer más fuerza en la negociación con la distribución.
¿Queda mucho por hacer para reducir costes?
J. Rodríguez: Siempre queda por hacer. A nivel tecnológico, se está incorporando a la agricultura mucha tecnología, digitalización, maquinaria agrícola en almacenes, Big Data, visión satelital de las fincas… pero hay que seguir invirtiendo. Y estamos obligados porque no tenemos mano de obra y las siguientes generaciones no se incorporarán al sector. Además, los costes son cada vez mayores, por lo que no nos queda más remedio que apostar por la tecnología.
J. Cano: En el objetivo de reducir costes, la renovación varietal siempre es un factor importante. Desde Eurosemillas estamos llevando a cabo ensayos para que los árboles se puedan cosechar con máquinas, haciéndolos más pequeños. Calculo que, en no más de cinco años, tendremos resultados.
E. Bellés: Cualquier almacén citrícola está muy automatizado y, en el campo, la tecnología de riego, tenemos muchísimo conocimiento. El sector está muy avanzado en este ámbito, pero es el agricultor individual el que lo tiene más complicado para invertir y reducir costes.
M. Abril: La innovación y digitalización pueden aportar mucho, pero tan importante o más que eso es la reestructuración de la propiedad.
El reglamento europeo de fitosanitarios para cítricos es cada vez más limitado y, como consecuencia, el cultivo se enfrenta a importantes plagas. ¿Cómo creen que los organismos europeos deberían actuar?
E. Bellés: Cuando se pone en marcha el Pacto Verde, el contexto europeo es muy diferente al actual. Además, estamos en la puerta del Mediterráneo, expuestos a las plagas de terceros países, y las políticas europeas no son capaces de impedirlo. No ha quedado más remedio que exigir tratamiento en frío. También tenemos encima de la mesa que puede que el agricultor no tenga nada con qué tratar el cultivo. Todos queremos ser menos contaminantes, el agricultor el primero, pero con esa política, se queda sin armas para producir.
J. Cano: Creo que se han pasado de frenada. Se legisla en el Norte de Europa como si todas las zonas del continente fueran iguales y cada zona tiene unas necesidades diferentes. Por parte del sector obtentor, para solucionar el problema de plagas y enfermedades, se está trabajando muchísimo en resistencias, por ejemplo, con el HLB, y creo que saldrán algunas soluciones en los próximos años.
M. Abril: No podemos ni queremos ir en contra del respeto medioambiental, pero la velocidad a la que entran nuevas plagas y enfermedades, justamente por el cambio climático, va mucho más deprisa que la circulación de soluciones en línea con esa normativa. Debemos pedir realismo y tiempo al tiempo. No se pueden imponer medidas de forma tan radical y, sobre todo, si otros países terceros pueden entrar sin las mismas exigencias.
J. Rodríguez: Hemos visto que la sostenibilidad está conformada por tres patas, la medioambiental, social y económica. Se da la paradoja de que, en Europa, votamos, por un lado por el Pacto Verde y, por otro, como compradores no queremos pagarlo. Estamos pues inmersos en una carrera loca de un marco regulatorio europeo que va a asfixiar a la producción. Por ejemplo, a partir del año que viene, tenemos que estar en un 20% de reducción de nutrientes. Hay que convertir la alimentación en algo estratégico y reducir la dependencia exterior. No queda otra que reclamar las famosas cláusulas espejo para exigir las mismas condiciones a los países terceros.
COMERCIALIZACIÓN
¿Es Sudáfrica el gran competidor para el sector español?
M. Abril: El gran competidor de España no es Sudáfrica ni el Hemisferio Sur, sino los países de la Cuenca Mediterránea como Turquía, Egipto y Marruecos, que se solapan con nuestra campaña. Este año, con Sudáfrica, no hay solape por distintas razones. En un calendario normal, la producción del Hemisferio Sur cumple su función de garantizar el suministro los 12 meses. No vemos a Sudá- frica como el mayor problema. La cuestión ahora es seguir añadiendo valor. Llevamos años haciéndolo con calidad y servicio al cliente, y hay que seguir trabajando en ello para diferenciarnos.
E. Bellés: Sudáfrica comenzó como producción complementaria, pero ha seguido creciendo, y hay momentos que coincidimos en el mercado. Es un problema, pero no es “el problema”. Efectivamente los países del Arco Mediterráneo los que nos afectan en mayor medida. Turquía no paga aranceles para entrar en Europa, el precio del producto en Egipto es bajísimo, y todos con un incremento importante en la producción citrícola. Todo el mundo estar en Europa al ser un mercado importante y seguro. ¿Cómo afrontarlo? Hay que apostar por un elemento diferencial, que sin duda no va a ser el precio del producto.
J. Rodríguez: Además de todo esto, se nos degrada por casos aislados en el incumplimiento de derechos laborales, por ejemplo, que todos perseguimos, pero nadie mira por el respeto de esos derechos en esos países.
«Buscamos variedades que permitan afrontar la falta de mano de obra, con árboles más pequeños que se puedan cosechar a máquina»
J. Cano: Hay un concepto que me gustaría dejar claro, y es que no debemos usar la nomenclatura de exportadores de cítricos, porque no lo somos; somos productores europeos, hacemos entregas intracomunitarias. Así, debemos trabajar en que nos perciban como un producto local europeo. Sobre todo, teniendo en cuenta que países como Egipto vienen pisando fuerte con miles de hectáreas de cítricos plantadas.
PROMOCIÓN
Son necesarias campañas de promoción para aumentar el consumo, ¿en qué aspectos las centrarían?
E. Bellés: Todo está a favor para poder hacer promoción, pero no la hacemos. ¿Por qué? Las decisiones de Intercitrus deben tomarse por unanimidad y esto complica seguir adelante con el proyecto. Hay integrantes que se oponen porque no ven la promoción como algo único, sino como un asunto que debe ir en línea con el resto de temas negociados en la Interprofesional, y al haber aspectos con los que no están de acuerdo, al final no sale adelante nada. En abril de 2023 se debe presentar la propuesta para la campaña 2024. Hay que hacerlo ya y quiero aprovechar este foro para animar a ello. Perderíamos una oportunidad muy importante para el sector.
J. Cano: Como el ambiente no cambie, es imposible y está claro que la promoción es super necesaria. De hecho, en otros sectores como en el mango se ha hecho de forma individual y ha beneficiado al conjunto de operadores. Toda acción en este ámbito es positiva.
M. Abril: La promoción debe centrarse en intentar diferenciar el producto en conjunto, es decir, los cítricos de España y no tanto de cada comunidad.
J. Rodríguez: En ese papel tenemos que hacernos valer como producción europea, aunque no existe un movimiento de pertenencia comunitaria. Sostenibilidad, huella de carbono, consumo de proximidad.
Como mensaje final para el sector, ¿qué sugerirían?
J. Rodríguez: Tenemos un factor limitante que es el agua y la población sigue creciendo. Es preciso que el consumidor entienda que estamos produciendo alimentos necesarios. Somos resilientes por naturaleza y prueba de ello es que nos ha tocado reinventarnos muchas veces. Y con ello hemos conseguido producir tres veces más a menor precio que hace 25 años. Pero hay que ser conscientes de que a nivel mundial van a faltar alimentos.
M. Abril: El planteamiento del sector no debe ser ‘De la Granja a la Mesa’, sino de la mesa a la granja. Saber qué quiere el consumidor para actuar en consecuencia. Se pueden hacer más cosas para el desarrollo del sector. Entre otras, una buena interprofesional organizada es importante y, para ello, debemos ser capaces de colaborar.
E. Bellés: Hay elementos comunes en todas las empresas y ahí deben estar las organizaciones. Tenemos una organización capaz de llegar a todos los foros de influencia. Por otra parte, creo que es importante destacar que hay que ir adecuándose a los tiempos con una nueva mentalidad, más abierta.
J. Cano: De las siguientes palabras clave que enumero, “resiliencia, resistencia, entender al retail, al consumidor, marca, cambio de modelo del retail, adaptarse, alianzas estratégicas, equilibrio, globalización, capital riesgo y negocio a cielo abierto”, destacaría tres: alianzas estratégicas, entender al consumidor y a la cadena, y la tecnología, que nos va a ayudar a reducir costes y aumentar la productividad.
Miguel Abril, director comercial de Anecoop.
- “El modelo minifundista de la Comunidad Valenciana está provocando el abandono de tierras”.
- “El gran competidor de España no es Sudáfrica, sino los países del Arco Mediterráneo como Egipto”.
- “Una buena interprofesional organizada es importante y, para ello, debemos ser capaces de colaborar”.
José Rodríguez, gerente de Sintesis.
- “La falta de agua es un problema que va a determinar un cambio en el sistema productivo”.
- “Hay que convertir la alimentación en algo estratégico y reducir la dependencia exterior”.
- “Se seguirán desplazando estructuras para estar más cerca de la producción y reducir costes”.
Javier Cano. gerente de Eurosemillas.
- “No somos exportadores de cítricos, sino productores europeos que hacemos envíos intracomunitarios”.
- “Los fondos de inversión van a ayudar a regular la producción y transformar las fincas”.
- “El sector obtentor está trabajando muchísimo en resistencias para afrontar las plagas y enfermedades”.
Enrique Bellés, presidente de Intercitrus.
- “Es preciso sacar adelante las campañas de promoción del cítrico español cuanto antes”.
- “Las políticas europeas no son capaces de impedir la entrada de plagas y enfermedades”.
- “Hay que apostar por un elemento diferencial con respecto a la oferta de terceros países”.
¿Por qué no despega la exportación a China?
Un mercado con muchas expectativas que se ha quedado en algo anecdótico.
• 40 días de frío a cero grados es complicado y costoso.
• Un país cada vez más cerrado tras el COVID.
• Grandes exigencias de calidad, es un mercado premium.
• España no es un gran exportador fuera del continente como otros países terceros.
• Europa es un mercado más accesible y fácil. Solo el 7% de los cítricos se envía fuera del continente.