6 factores para el éxito de la mandarina Kino
Tiene hueco de mercado entre las tardías, es de alta calidad y gran sabor para el consumidor, muy productiva para el citricultor, tiene bajo impacto en semillas, viaja perfectamente y es de fácil pelado.
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Sabor
Casi todos los años salen nuevas variedades de cítricos al mercado. La mayor parte de ellas son mandarinas tardías. Con el tiempo, pocas alcanzan a tener un peso específico en el campo para poder ser después reconocidas y demandadas, las más se quedan en el camino. En las últimas décadas, sólo tres mandarinas tardías de autor –por todos conocidas- han tenido una buena acogida. Kino, la nueva variedad presentada por Eurosemillas durante la última edición de Fruit Attraction, reúne los 6 principales factores para afianzarse entre las más valoradas: es una mandarina con hueco de mercado, que permitiría prolongar la positiva inercia comercial de esas big-three (1); organolépticamente mejora la escasa oferta existente entre las pocas extratardías, tiene una dulzura y un sabor excepcional para el consumidor (2) y es muy productiva y de fácil manejo para el citricultor (3), además presenta pocas semillas (4), goza de una postcosecha excelente, viaja perfectamente -por lo que sería ideal para la exportación a corta o incluso larga distancia (5)– y, además, es de fácil pelado (6).
La práctica totalidad de centros de investigación consideran estos factores como los más determinantes en el éxito de las obtenciones de sus programas de mejora. La Universidad de California Riverside (UCR) –de donde salió Kino- no es una excepción. Encontraron en Kinnow –el cítrico más consumido y popular de India y Pakistán- un buen material con el que trabajar por su sabor único. Necesitaba ser mejorada, eso sí, porque debido a sus parentales (King x Yellowleaf) y como tantos otros híbridos, es una mandarina muy sensible a la polinización cruzada y sus frutos presentaban gran cantidad de semillas (algo que puede ser pasado por alto en esos dos mercados asiáticos, pero no en los occidentales). El resultado de ese proceso de refinamiento fue la variedad Kinnow LS, conocida como Kino.
Como se aprecia en el gráfico sobre su genealogía, Kino podría decirse que es ‘prima lejana’ de Orri, otro híbrido que ha sido también reconocido por su dulzura y sabor equilibrado. Efectivamente, Orri procede de la mandarina Orah, que el centro israelí ARO Volcani también trató para no tener tantas semillas, pero esta variedad original tiene, a su vez y como parentales, a la propia Kinnow y a Temple.
Extratardía y de fácil manejo
Kino presenta quizá el contenido más alto en azúcar de todas las tardías (alcanza los 15,8 grados brix) y gran jugosidad (es un 49% zumo), pero se diferencia por su condición de extratardía. Permitiría prolongar pues la comercialización de mandarinas ampliando su recolección desde finales de marzo, a lo sumo principios de abril, hasta finalizar el mes de mayo. Y es en ese momento cuando –según las cifras de las últimas cinco campañas- la comercialización de mandarinas españolas más decae por la falta de oferta: de las 100.000 y 130.000 toneladas que se exportan en marzo, se pasa a entre 50.000 y 80.000 t. en abril y a cifras muy oscilantes (dependiendo de campañas) pero mucho más bajas, de entre 13.000 a no llega a 47.000 t. en mayo y a las anecdóticas, contadas sólo por miles, de junio.
Pero es que, además, Kino es una variedad que gustará al citricultor porque es muy productiva (con entre 55-60 t/hectárea), de fácil manejo (rusticidad), con una alternancia igualmente sencilla de gestionar, cuyos árboles tampoco presentan casi espinas y que trabajan dentro de la copa (factores que facilitan la recolección y que protegen de las inclemencias a sus frutos).
Además, es muy precoz porque da algo de producción al segundo año después de la siembra y ya al tercero se obtiene una primera cosecha.
Buena postcosecha
De piel anaranjada y lisa, entra en la categoría de easy peeler (fácil pelado). En términos comerciales –y como se evidenció durante la cita ferial- la nueva mandarina ha despertado el interés de los exportadores. No en vano, una vez alcanzado su momento ideal de maduración, es capaz de aguantar en buenas condiciones en el árbol durante más de seis semanas.
Además, las pruebas realizadas han confirmado que se conserva perfectamente en cámara (a 4 grados) hasta incluso 75 días, sin que afecte significativamente a su relación azúcar/acidez. Al contrario que alguna otra afamada tardía, Kino puede afrontar viajes largos sin perder condición, incluso en el caso de que se le aplicase un posible tratamiento de frío.