“Cuando trabajas duro y te esfuerzas, tarde o temprano, todo acaba llegando”, con este optimismo nos recibe Sherezade Paterna, que está a punto de cumplir su cuarto año en la empresa malagueña Frutas Trops, líder nacional en la producción y comercialización de mango y aguacate. Se define como una apasionada de estos dos cultivos, no solo porque sean las banderas de la compañía, sino por su manejo y todo el conocimiento que le están aportando. Licenciada en Ingeniería Agrícola por la Universidad de Almería, tuvo la oportunidad de acceder a Trops con una beca de un año en prácticas; casi cuatro años más tarde, se encuentra bien posicionada en el Departamento Técnico de la empresa.
“No había terminado la carrera, me quedaban dos asignaturas, y aunque no conocía la ciudad ni nada, me pareció una buena oportunidad para aprender más y entrar en el entorno laboral”. Reconoce que al llegar a Málaga sintió que podría no encajar en un sector tan masculinizado, pero que, desde el principio, la empresa y sus agricultores la acogieron como una más. Tras cuatro años en Trops, su día a día como técnica de campo se centra en el asesoramiento a los productores para un mejor manejo y tratamiento del cultivo. Según la época del año, o bien se trata el crecimiento y desarrollo del fruto o bien, como ocurre ahora en mayo, que empiezan a subir las temperaturas, surgen las plagas y es necesario trabajar más estrechamente con ellos: “Necesitan ayuda y estamos para mejorarles la vida”.
Entre todos los proyectos que ha ido desarrollando en esto años, destaca el que tuvo la oportunidad de desarrollar en Trops con la beca y que copó los titulares de todos los medios del sector: El control microclimático en aguacate, que llevó a cabo junto al departamento Técnico y a José María Hermoso, investigador con más de cuarenta años de experiencia en el sector público y que, actualmente, colabora con el equipo de I+D de Trops.
El objetivo de este proyecto es reducir la temperatura de las hojas y evitar un proceso de fallo en el aparato fotosintético de la planta en los meses de más calor. Un proyecto novedoso a la vez que necesario por el clima de la Axarquía malagueña. “Se nos ocurrió montar unos aspersores por encima de los árboles, cuando la temperatura alcanza un límite, se activan para que el árbol asocie las condiciones climáticas a las que debería tener en una zona subtropical”, explica Sherezade, que tuvo la oportunidad de presentarlo en unas jornadas de Trops frente a más de 400 agricultores.
Los resultados, que ya se están viendo, son un aumento en la producción y, sobre todo, en el calibre del fruto, el feedback está siendo muy positivo, como le transmiten los propios agricultores. “Aún estamos analizando cifras, pero nos hemos dado cuenta de que, con este sistema, aportamos humedad en el ambiente y disminuimos el consumo de agua de riego, algo muy necesario por la zona geográfica en la que nos encontramos”, añade Paterna.
Cuando le preguntamos por la situación del sector, considera que la mentalidad está cambiando, aunque quizá el proceso sea más lento que en otros sectores. Es consciente de que se está produciendo una transformación generacional y de avance de las propias empresas, “la misma Trops es muy diferente a la de hace cuatro años”. Sin embargo, lo que no ha cambiado desde que llegó, y valora muy positivamente, es la integración de los jóvenes y nuevos perfiles a la compañía, puesto que su opinión e iniciativa son muy tomadas en cuenta.
Concluimos buscando soluciones a la falta de comunicación entre la juventud y el sector hortofrutícola, y Sherezade lo tiene claro: por un lado, la imagen de una actividad tradicional muy relacionada a las labores del campo sigue muy presente, y por otro, no se habla a los jóvenes de oportunidades, de carreras laborales en todo tipo de departamentos, marketing, ventas, ingenierías, química… “Yo tengo el caso de mis propias amigas, que no saben a qué me dedico, creen que esto es simplemente regar un árbol y que ya dará sus frutos cada año”, finaliza.