De hecho, la Unión Europea ya emplea una metodología única para medir el impacto ambiental derivado de los productos que generamos y adquirimos. Su principal objetivo es dar a conocer de forma veraz y permitir comparar, la información sobre los productos y su elaboración bajo unos estándares establecidos en 2013 en la Recomendación de la Comisión sobre el uso de métodos comunes para medir y comunicar el comportamiento ambiental de los productos y las organizaciones a lo largo de su ciclo de vida.
Esto va a generar la creación de un marco de referencia con un mercado adaptado en Europa, situación que va a afectar tanto a productores como para productos ecológicos. Unos productos eco que son cada vez más consumidos y reclamados por el público en general, mostrando una tendencia favorable a adquirir productos que han sido sometidos y que cumplen unos requisitos medioambiental más estrictos de lo habitual.
En España se sigue esta tendencia ascendente en el consumo de productos ecológicos, situándose la media de hogares que los consumen por encima del 40%, muy alejada de la media europea que supera el 80% de los mismos. Según datos del Ministerio el gasto per cápita en consumo de productos ecológicos en España se sitúa en 42,2 €.
Todos estos datos reafirman la idea de la consolidación de un mercado con potencial en España. Dentro de la Unión Europea destacan a la cabeza Alemania (30% de mercado productos orgánicos), Francia (18%) y Reino Unido (9%).
El objetivo de la Huella Ambiental de Producto es tratar de reducir el impacto ambiental de los bienes y servicios teniendo en cuenta las actividades de la cadena de suministro, desde la extracción de materiales, la gestión de residuos pasando por la producción y uso. Este exhaustivo análisis es un complemento y facilita el cálculo y la inclusión de otros parámetros medibles como pueden ser la huella hídrica o la huella de carbono.
Europa plantea una división en 16 categorías de impacto asociado al producto, que van desde cambio climático hasta acidificación, pasando por la eutrofización de las aguas. Estas categorías hacen que el análisis del producto sea muy específico y muy amplio, lo que a la vez que favorece el que se conozca la información y pueda ser comparable en todos los países, estableciendo las unidades de cada una de las categorías. Todo este procedimiento sin duda complica de manera significativa la forma de calcular la huella ambiental. Es por este motivo por el que el cálculo ha de estar sometido a los controles estadísticos de tratamiento de datos y a la posterior verificación de informes por parte de terceras partes acreditadas.
Por eso desde Green CO2 Consulting creemos que todas las acciones que puedan favorecer al medio ambiente y a las empresas son las más adecuadas para el progreso. Por ello, no solo hemos ampliado la formación de nuestro equipo en materias como la Huella Ambiental de Producto, sino que además AENOR nos ha acreditado dicha formación bajo los requisitos de la Unión Europea. Una nueva certificación que recibe Green CO2 (www.greenco2.es) destinada a estar al día con las novedades y exigencias medioambientales para seguir ayudando a empresas, organismos e instituciones a realizar un desarrollo sostenible y cumplir con la Agenda 2030 mediante un servicio integrado de análisis de ciclo de vida que más allá de la huella de carbono.
Por Mar Abenza, CEO de Green CO2 Consulting y Marevents Comunicación Global.