Jóvenes Agricultores ASAJA Alicante da por finalizada la campaña del limón en la principal zona productora de la provincia, la Vega Baja, que junto con la región de Murcia acaparan el 40% de la producción nacional de este cítrico. Una campaña desastrosa en la que se ha producido una merma de renta para los agricultores de más del 30%, con respecto a la cifra de la campaña 2019-2020, lo que se traduce en unas pérdidas de 110 millones de euros para los productores alicantinos.
El ejercicio no empezó bien con la primera variedad de limón, el Fino, que arrancó en septiembre con dos semanas de retraso y finalizó en el mes de abril. Esta variedad registró una caída del precio contado por el agricultor del 55% con respecto a la campaña anterior, pasando de de 0,40 euros/kg en 2019-2020, a los 0,18 euros/kg que ha cotizado este año. A lo que hay que añadir las pérdidas del limón que se tiró al suelo en el campo porque costaba más recolectarlo que el precio que pagaban por él. Así las cosas, las pérdidas en el limón Fino en la provincia de Alicante han sido de 85 millones de euros con respecto a la campaña 2019-2020, que fue un año especialmente bueno para el cultivo.
La misma tónica siguió el limón Verna, del que acaba de concluir la campaña y del que se ha quedado sin recolectar aproximadamente entre un 30% y un 50% por exceso de calibre y falta de salida comercial. Este arrancó con precios en origen en torno a los 0,30-0,35 €/kilo, pero pronto se desplomaron a máximos de 0,20 euros/kg, registrando también una caída de precio del orden del 57% y, además, estuvo marcado por un exceso de calibres en muchas plantaciones, las cuales ni se han llegado a recolectar y se han echado a tierra para su destrucción. Por ende, el limón Verna en la provincia de Alicante ha registrado 25 millones de euros de pérdidas.
Entre los motivos causantes del descalabro que ha vivido esta campaña el limón, se da un conjunto de factores que se han alineado, provocando “la tormenta perfecta” para que esta cosecha no haya sido rentable para el productor. Entre ellos, la paralización del comercio y el cierre de la hostelería en toda Europa por el Covid 19; el aumento de la cosecha en más del 11% sobre la campaña anterior; y, por supuesto, el incremento desmesurado de las importaciones de terceros países como Sudáfrica. “El cierre del canal Horeca y la desaparición de los mercados tradicionales, como mercadillos de pueblo, frutería, pequeños comercios… en toda España debido a la pandemia han sido determinantes, al tratarse de dos líneas de venta claves para el limón alicantino. Asimismo, la concentración de la venta en los supermercados tampoco ha favorecido a los agricultores, ya que las cadenas, al verse solas en el mercado como punto venta han implantado su política de precios, que se ha traducido en comprar a precio regalado en campo, pero venderlos al consumidor a precio de oro”, lamenta el presidente de ASAJA Alicante, José Vicente Andreu, que está convencido de que “con una Ley de la Cadena Agroalimentaria que verdaderamente funcionara y estableciera realmente un contrato de compra-venta con un precio mínimo, por encima de los costes de producción (0,20-0,22 €/kilo), se evitaría la ruina del agricultor”.
A pesar de la mala campaña, Andreu quiere dar un mensaje de esperanza, ya que confía en que el problema de esta campaña no ha sido tanto el incremento de producción, sino que principalmente ha estado motivado por el cierre de los mercados de mayoristas con destino al canal Horeca. “Se ha perdido el 30% de la venta correspondiente a ese canal, y aun así solo se ha perdido el 4% de la exportación. Es decir, se ha hecho un gran esfuerzo por el sector para poder sacar todo el limón en un contexto de mercado muy difícil. Confiamos en que la reactivación del turismo y el avance de la vacunación masiva normalicen la situación de los mercados y reconduzcan a la buena salida y a precios razonables de la producción en la próxima campaña”, afirma Vicente Andreu, que, además, apunta a un descenso de producción aproximado del limón para la campaña 2021-2022, del 40% en la variedad Verna, y del 20% en Fino.
Exportación
En cuanto al limón enviado a otros países, el valor de la exportación ha caído en un 11%. Por países, Alemania ha incrementado el consumo en un 5%, pero en Francia ha descendido ligeramente y en Italia se ha desplomado el consumo de limón en un 25%.
En lo referente a la exportación a terceros países, se ha mantenido similar al año anterior, liderada por Canadá, con 10.000 TM. Sin embargo, la exportación a EEUU ha sido prácticamente nula. “En la zona productora de limón del sureste, que comprende el sur de Alicante y Murcia, en la campaña 2018/2019 se exportaron 20.000 toneladas, por valor de 40 millones de euros, y al llegar los aranceles, la exportación cayó a cero”, declara Andreu.
Acuerdos con terceros países
Asimismo, y ante la inminente revisión del acuerdo comercial con Sudáfrica, que tendrá lugar en octubre a razón del cumplimiento de los cinco años de su entrada en vigor, ASAJA solicita una investigación exhaustiva del tratado.
Según recoge un informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), en 2020/21 la superficie de limones y limas rondaría las 18.000 hectáreas. La producción podría llegar a las 670.000 toneladas y las exportaciones a las 500.000 toneladas (+10%). La UE es su principal destino, con el 36% del total. El consumo interno podría alcanzar las 27.000 toneladas en la presente campaña (+4%) y el volumen destinado a transformación registrará un aumento del 19%, hasta las 145.000 toneladas.
“Hay que incidir en que Sudáfrica no cumple ni con la exigente normativa fitosanitaria europea, ni con los derechos sociales y laborales de nuestro continente. Los salarios allí pueden ser de un euro el día, cuando aquí pagamos 8 euros la hora. Y la mano de obra es el principal coste de los cítricos. Por lo que cuando entran en Europa con aranceles mínimos y se venden en los lineales de nuestros supermercados, provocan una competencia desleal gravísima y funden nuestras campañas”, asevera el presidente de ASAJA Alicante, que hace hincapié en otros problemas adicionales que están causando las importaciones del vecino continente, como la entrada de plagas y la puesta en peligro de las producciones españolas.