Esta mañana se ha producido la carga en las instalaciones de la Autoridad Portuaria de Castellón de un primer envío experimental de nueve contenedores (unas 242 toneladas) de naranjas Valencia españolas, que partirá el próximo martes desde el Puerto de Valencia hacia La India. Esta misma semana también partió otro buque con otros dos contenedores hacia idéntico destino. Todo ello forma parte de una acción conjunta promovida, liderada y coordinada por el Comité de Gestión de Cítricos (CGC), que ha supuesto también un considerable esfuerzo para los 10 operadores que participan y que ha contado, además, con una ayuda económica prestada al efecto por la Consejería de Agricultura valenciana.
Pero la expedición no hubiera sido posible sin el trabajo previo del Ministerio de Agricultura. Fueron las conversa-ciones llevadas a cabo por el citado departamento y el valioso trabajo de negociación política y técnica sobre el terreno de la Consejería Agrícola de Nueva Delhi, los que permitieron autorizar un envío experimental en unas condiciones viables, en las que se ha sustituido el tratamiento de frío que se exigía en pre-embarque por otro en tránsito. “Si esta misión culmina con éxito y el protocolo se ratifica en estos términos podremos dar por abierto un mercado lejano, que hoy es aún muy complicado pero que, por el potencial demográfico que tiene y por su rápido desarrollo económico, podría convertirse en un futuro en una alternativa válida con la que contribuir a reducir la dependencia de nuestro comercio exterior con la Unión Europea (UE)”, destaca la presidenta del CGC, Inmaculada Sanfeliu.
La consejera de Agricultura, Mireia Mollà –que no ha podido acudir al acto por razones de agenda de última hora pero cuyo departamento ha estado representado por el director general de Desarrollo Rural, David Torres- ha destacado el apoyo de la Generalitat “a acciones como ésta, orientadas a mejorar la rentabilidad del sector citrícola y que, de confirmarse su viabilidad, multiplicarán la oportunidad de negocio exterior del conjunto de la producción agrícola valenciana”. Asimismo, ha valorado la colaboración conjunta entre administraciones para poner en marcha “fórmulas innovadoras al servicio de una de las potencias productivas de referencia en nuestro territorio”. Por su parte, David Torres –quien sí ha presenciado la carga junto a los exportadores- ha puesto de relieve la ventana de oportunidad de esta acción, “sobre todo en un momento de recuperación de la actividad en ferias y contactos comerciales”. En este sentido, ha señalado la presencia en la Feria de Shanghai, un mercado lejano también pero con un “gran interés por productos frescos de calidad como los de nuestro territorio”, ha concluido.
A título particular, diversos exportadores –también miembros del CGC- venían trabajando con regularidad desde 2015 en el envío de pequeños volúmenes de naranjas a este destino. A las lógicas dificultades para abrirse camino en un mercado como éste, se sumaba otra complicación mucho más relevante: las autoridades indias obligaban a realizar un ‘cold treatment’ previo al embarque durante entre 10 y 12 días y a entre 0 grados y 1,2 grados. La fruta tenía que sufrir ese tratamiento antes de partir y después aguantar otros 29/30 días en cámaras de viaje en barco hasta llegar a su destino. Los 11 contenedores que ahora embarcarán camino del Puerto de Nhava Sheva, en Bombai, realizarán ese tratamiento preventivo –exigido para eliminar cualquier rastro de Ceratitis capitata (mosca de la fruta)- durante más días –hasta 20- pero a una temperatura algo más alta –3 grados o menos- y, lo que es más importante, lo podrán hacer en tránsito, durante el viaje a su destino. Este cambio, que está homologado internacionalmente y que es práctica habitual en otros mercados análogos- “es el ser o no ser para nuestras posibles exportaciones de naranja a La India”, aclara de manera gráfica Sanfeliu.
La India es el tercer mayor productor de cítricos del mundo, tras China y Brasil, pero su enorme población –próxima a los 1.400 millones de habitantes- provoca que la práctica totalidad de su cosecha (alrededor de 14 millones de toneladas, casi el doble que la española) se comercialice en su mercado doméstico. Por este orden son grandes productores de mandarinas, de limas y limones y de naranjas. La importación foránea es, por todo ello, muy reducida pero el rápido desarrollo económico que viene experimentando este país y la consolidación de una clase media/alta minoritaria pero de alto poder adquisitivo han disparado en los últimos tiempos la importación, casi en exclusiva, de naranjas. Si en 2009 ésta se reducía a 10.000 toneladas, en 2019 esta cifra se aproximó a las 80.000 toneladas. “Encontrar un espacio para la naranja española será complicado porque es un destino más próximo a Egipto, que compite en nuestra misma campaña, que hoy tiene ya una cuota en este mercado superior al 60% y que disfruta de esta privilegiada situación gracias a una oferta a precios mucho más baratos que los nuestros. En menor medida, ya en contraestación, el mercado está también ocupado por Sudáfrica, que también puede jugar la baza de unos costes mucho más bajos”, explica la responsable del CGC. Sin embargo, Sanfeliu matiza que “a medio plazo, o incluso en campañas puntuales, La India podría tener un gran recorrido porque la naranja española goza de gran prestigio y tenemos el know how para conseguirlo”.
Las nueve empresas que han participado en la carga que esta mañana se ha producido en las instalaciones de Fricasa en el Puerto de Castellón son: Bagu, Juan Motilla, García Ballester, Vicente Giner, Martinavarro, Fruxeresa, Frutas Tono, Fontestad Citrus y Cañamás Hermanos.