Valencia es ya la tercera productora de aguacate en España
Se extiende en la comarca de La Safor la «moda» de cultivar el llamado «oro verde» por su alta rentabilidad frente a los cítricos.
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La baja rentabilidad de las explotaciones citrícolas, el crecimiento de la demanda en la Unión Europea y en Estados Unidos y una mayor facilidad de adaptación por el cambio climático están animando a numerosos agricultores valencianos a plantar frutas subtropicales como el aguacate, la chirimoya, el níspero y el mango e incluso arrancar sus naranjos de toda la vida.
En la Safor, la comarca naranjera por excelencia, hay plantaciones de aguacate en la Valldigna, en Oliva, en el límite con Forna, y en Gandia, en las partidas de Racó de Tomba y Marxuquera. Los pioneros empezaron hace una década a abrir el camino, pero es desde hace un par de años que se está extendiendo el fenómeno y corriendo más la voz.
Es el caso de Avelino Gandia (52 años) que tiene un huerto de aguacates en Oliva. Además, ha visto en el campo una oportunidad para obtener ingresos, ya que trabajaba conduciendo maquinaria pesada, en canteras o en obras públicas, pero hace nueve años se quedó en paro. En ese momento decidió poner en valor una parcela de naranjos que había heredado. Siguió un tiempo con la citricultura, pero se cansó de los bajos precios y de que le impusieran las condiciones de la compra. Por internet vio noticias que hablaban del aguacate como un cultivo emergente en la Comunitat Valenciana. «Me atreví, y la apuesta no me ha salido mal», explica.
Hoy en su huerto, un pequeño trozo de 3 hanegadas con unos cuarenta árboles apenas quedan naranjos. Conforme van creciendo y dando fruto sus apreciados aguacates, Avelino se va deshaciendo de ellos: «Para leña».
La parcela está situada en la partida de Les Planes, cerca de Els Rajolars. Es una zona ideal para el el aguacate, ya que se da un microclima especial, más cálido y menos húmedo. Se trata del mismo paraje en el que también se fijaron los productores de ladrillos, una industria ya extinguida, para secar al aire sus productos. Son raros los inviernos en los que en ese punto concreto hiela por debajo de 1 grado negativo. El aguacate es originario de países subtropicales como México, Colombia y Venezuela, por lo que sólo aguanta una helada de hasta -2 grados durante dos horas seguidas.Avelino acude siempre que puede al huerto, al menos un par de días por semana. También le ayuda su hermano Pascual.
Ahora bien, tuvo que esperar tres años hasta que sus primeros aguacates empezaran a dar frutos, apenas diez piezas contadas. Pero a partir de ahí, el árbol va duplicando su producción. Él tiene tres variedades de diferentes edades; «Bacon», «Hass» (la más comercial) y «Lamb Hass».
Pasarse al aguacate supone una inversión inicial importante. Empezando por cada plantón, que cuesta unos 22 euros. Hace diez años estaba más barato, ya que Avelino pagó 13 euros. «Pero claro, le dices esto a un agricultor de toda la vida y se escandaliza, porque el de naranjo vale unos 3 euros». Los plantones se suelen pedir por encargo y en pequeñas cantidades. El coste de producción es ligeramente más alto que el del naranjo.
Por otra parte, la rentabilidad del llamado «oro verde» y la dificulta para obtener material vegetal han provocado un incremento de los robos de aguacates. A él ya le han entrado cuatro veces.Además, a diferencia del naranjo no hay que quemar los restos de poda o ramas secas. Se dejan en el suelo, se descomponen y es abono para el propio árbol. «Lo más difícil es saber cómo limpiarlo y podarlo», aclara. Eso sí, hay que ser más generoso con el agua que con el naranjo.
En definitiva, Avelino está satisfecho con los ingresos que obtiene en cada cosecha. «Además, el fruto aguanta varios meses en el árbol, mucho más que la naranja, no cae por maduración y eso te da más fuerza como agricultor a la hora de negociar el precio», indica. El aguacate «Hass» puede estar en el árbol tranquilamente de noviembre a junio. Avelino suele vender el género a unos 2 euros el kilo, aunque en la C. Valenciana se ha llegado a pagar hasta 3 euros, según calibre y calidad, lo mismo que le dan al agricultor por 20 kilos de naranjas.
Otra ventaja es que en la Safor existen agentes comercializadores de aguacate, como Eugenio Soria, también de Oliva. La fruta se prepara y paletiza en el almacén de la empresa Somopar, en la venida Francisco Brines, y de ahí se vende a supermercados y mayoristas. El precio final al consumidor es de unos 5-6 euros el kilo.
Fuente: http://www.levante-emv.com