TRIANUM® para proteger y fortalecer los trasplantes de primavera
Koppert ofrece en dentro de su gama de productos un fungicida biológico que crea una barrera frente a las enfermedades del suelo.
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TRIANUM®, un producto 100% natural y autorizado para agricultura ecológica.
Proteger adecuadamente las siembras de primavera en los invernaderos es fundamental para evitar enfermedades que puedan mermar el crecimiento de la planta y causar graves pérdidas en las próximas cosechas. Con la llegada al invernadero de los trasplantes del siguiente ciclo de cultivo, mayoritariamente melón y sandía, Koppert recomienda aplicar el fungicida biológico TRIANUM®, un producto 100% natural y autorizado para agricultura ecológica, que contiene la exclusiva cepa T22 de Trichoderma harzianum, patentada por Koppert. Esta cepa de TRIANUM® coloniza rápidamente las raíces de la planta y crea una barrera frente a los patógenos del suelo, como Fusarium, Sclerotinia, Rhizoctonia, Phytium, etc.
El resultado es que los trasplantes crecen sanos y fuertes, y en consecuencia la planta es menos propensa a enfermedades. No hay que olvidar que son las plantas más débiles las que atraen a las enfermedades y a las plagas. Con TRIANUM® se da el primer paso hacia una gran cosecha con calidad y buen rendimiento.
Cepa híbrida
La cepa T22 es una cepa híbrida que ha desarrollado KOPPERT combinando una cepa que funciona muy bien con calor y en suelos secos con otra cepa que actúa mejor en condiciones frías y húmedas. TRIANUM® crece en todo tipo de cultivos: en suelo, en perlita, en fibra de coco, lana de roca, etc. También crece en las raíces de todo tipo de plantas que se cultivan en los invernaderos. Además, este fungicida biológico se adapta a todo tipo de suelos porque la cepa de Trianum crece entre 8 y 34ºC y con niveles de pH entre 4 y 8,5.
En general, TRIANUM® aumenta las resistencias de las plantas contra el estrés causado por las enfermedades, una mala alimentación o riego deficientes y unas condiciones climáticas poco óptimas. Este fungicida biológico puede utilizarse durante todo el año y sus efectos se conservan a largo plazo, ayudando a mejorar la biodiversidad del suelo.