«Tenemos que conseguir que comer una sandía sea una experiencia sensorial»

Entrevista de Agrodiario a Pere Montón Jimenez, Key Account Manager de BASF.

España es uno de los países con mayor índice de exportación de sandía en todo el mundo, ¿han cambiado los gustos y demandas de los consumidores europeos en los últimos años?

Analizando la situación actual y poniéndonos en la perspectiva de los últimos 10 años, podemos decir que hemos llegado a cifras de récord, es decir, hemos duplicado las cifras en tres puntos fundamentales; la superficie de sandía en España, el consumo per cápita de sandía y hemos duplicado el volumen de sandías que enviamos a la exportación.Y todo este incremento ha tenido solo una palabra clave: calidad.

En el momento que empezamos a enviar a la exportación la misma calidad de sandías que servíamos al mercado nacional, el consumo de sandía en Europa comenzó a subir de manera exponencial.

Pero debemos ir aún más allá. Nuestro éxito en la exportación está basado en otros aspectos como la capacidad para cubrir los programas de nuestros clientes Europeos, nuestra política de precios coherente con las diferentes circunstancias del mercado, el cumplimiento de la regulación mediante la aplicación de todas las certificaciones necesarias, además del cumplimiento de una trazabilidad que garantiza la transparencia desde el campo al consumidor. Todo ello, avalado con diferentes controles de calidad durante todo el proceso productivo y de envasado, que garantizan una calidad estable durante todo el periodo de ventas.

¿Qué países son el principal destino de las exportaciones españolas de sandía y qué tipo de variedades?

Las últimas informaciones de las que disponemos nos indican que en 2018 el volumen de las exportaciones fue de 861.952 toneladas, con un valor de 428,62 millones de euros.

Los principales países a los que exportamos son Alemania (43,3%), Francia (16,8 %), Reino Unido (9,3%), Países Bajos  (6,1%), Suecia (4,0%) y, después Portugal, Dinamarca y Bélgica, etc.

En referencia a las características de las variedades que se envían desde España, indicar que aunque se exportan sandías de diferentes colores de piel –negra, rayada, etc–, todavía existe una cierta preferencia por la piel rayada.

En referencia al calibre, históricamente hemos enviado sandías de calibre 5 y 6, (entre 3 y 4 kg), pero recientemente países como Francia que ya aceptan calibres más grandes.

En España, se ha pasado de la sandía de gran tamaño con pepitas, a variedades sin pepita y de formato medio. ¿Ha evolucionado el mercado en lo que respecta a peso, pero manteniendo la esencia del sabor?

A diferencia de como indicábamos en el apartado anterior, los calibres principales que se venden en España son el 2, 3 y 4. Eso quiere decir sandías entre 8 y 5 kg.

En este apartado debemos diferenciar dos líneas de comercialización, la primera corresponde al consumidor que compra un fruto entero de sandía que, en efecto va buscando sandías de calibre más intermedio, pero hay un segundo aspecto a tener muy en cuenta y es que un alto porcentaje de sandías se venden cortada a mitades y a cuartos.

Esta última tendencia nos ha permitido la comercialización de sandías de calibre mayor, donde gracias a la fruta cortada el consumidor puede comprobar de una manera visual la calidad interna de la sandía, y esa confianza y garantía del producto, está haciendo que cada vez se compren más sandías en este formato.

Este aspecto es también un gran reto para el sector, porque el hecho de que se esté incrementando el consumo de sandía cortada, hace que miles de sandías se sometan diariamente a examen mediante el control de calidad en cada una de las tiendas donde se cortan, y la aceptación visual por parte del consumidor.

Por tanto, las sandías de BASF Vegetable Seeds garantizan los cuatros aspectos fundamentales que exige actualmente el mercado: color rojo intenso, sabor dulce y refrescante, textura crujiente y agradable, y por último cortes atractivos y estables.

¿Considera que existe un traslado del consumo del melón a la sandía en las últimas campañas?

En efecto, esa ha sido la tendencia durante estos últimos diez años. El cambio en el fruto de algunos de los parámetros organolépticos que apreciaba el consumidor tradicional del melón, junto con una apuesta por la calidad por parte de la sandía, que empezó a fraguarse hacia el año 2012, han hecho que haya habido un traslado del consumo de melón hacia la sandía.

Es importante indicar que actualmente existe una ligera tendencia a la recuperación del consumo de melón, todo ello debido a la recuperación de algunas de las características tradicionales de este fruto, pero este apartado lo dejo para los expertos en este producto.

¿En qué aspectos está evolucionando la innovación en la sandía?

En nuestro caso, la innovación en sandía pasa por cubrir las expectativas tanto del consumidor actual como las del consumidor del futuro.

Tenemos que conseguir que comerse una sandía sea una experiencia sensorial, donde el consumidor pueda disfrutar de sabores, texturas, aromas, consumir sandía tiene que ser un placer saludable.

En lo que se refiere a las características del fruto, en BASF Vegetable Seeds estamos trabajando sobre todo en garantizar una textura más crujiente y compacta, sin perjudicar al sabor y al color tradicionales, que facilite los diferentes tipos de procesado del fruto y los diferentes tipos de presentación de la sandía; a cuartos, mitades, tarrinas, fingers, etc.

Garantizando así al consumidor que el consumo de sandía sea una experiencia agradable y saludable.

¿Qué retos considera debe afrontar el sector de la sandía?

En mi opinión los principales retos que debe afrontar la sandía están relacionados con tres aspectos fundamentales:  sabor, salud y sostenibilidad.

El sabor es algo innegociable; hemos llegado hasta aquí gracias a él y vamos a seguir apostando por ello.

La salud es uno de los aspectos que más está valorando el consumidor actual. Los consumidores quieren cuidar de su salud de una manera activa y consciente y, para ello, la sandía es el fruto ideal, sus altos contenidos en licopeno, citrulina y otros antioxidantes hacen que esta fruta sea una fuente de salud; saludable, hidratante y equilibrada.

La sostenibilidad es un aspecto crucial, la producción sostenible e integrada en el medio ambiente, además de la responsabilidad social, son aspectos de obligatorio cumplimiento para nuestro sector.

En el futuro, ¿cómo puede influir climatología y el cambio climático en la producción de sandía?

Hay varios aspectos que hemos identificado como puntos clave para el desarrollo de la sandía para los próximos años.

1.- Cambios demográficos y poblacionales, que incluyen el envejecimiento de la población, la reducción de la unidad familiar, la concentración de la población en las grandes ciudades y, a gran escala, el crecimiento de la población mundial, que se estima llegará hasta los 10.000 millones de habitantes en 2050.

2.- Cambios en el canal de comercialización/distribución, donde se espera que aproximadamente el 60% de las ventas se concentre entre los supermercados, los discounts y en el consumo fuera de casa.

3.- Las claves del consumo y el empoderamiento del consumidor, donde el sabor, la salud, el bienestar y sobre todo la trazabilidad, la disminución del tiempo disponible para comprar y la practicidad, nos auguran importantes cambios en los hábitos de consumo.

4.- La salud y el bienestar, avalado por las políticas sanitarias de prevención de enfermedades, sobre todo, del tipo cardiovascular, diabetes y sobrepeso.

5.- Crecimiento de las ventas ‘online’: debemos estar preparados para este cambio que ya es inminente, reforzando aspectos como la comodidad y rapidez de compra, la conciencia medio ambiental, la transparencia en la información, un ‘packaging’ sostenible, trazabilidad, proximidad, etc.

Y por último y tal y como indica el enunciado de la pregunta, el cambio climático y la disponibilidad de recursos son aspectos muy a tener en cuenta.

Eso va implicar al sector aspectos como la construcción de más invernaderos para producción protegida del cultivo, variedades más adaptadas a climas extremos, la agricultura digital, el control del riego y la optimización de los fertilizantes, aplicación de la huella hídrica, y la rotación de cultivos y estrategias de conservación que permitan el descanso y la recuperación de los suelos agrícolas.

Fuente: Agrodiario.