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Solo el 4,85% de sus empresas agroalimentarias son innovadoras

Las empresas no identifican el I+D+i como motor de crecimiento y competitividad, por lo que están muy alejadas de la media nacional, de casi el 13%.

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No es ningún secreto que España es una de las principales potencias agrícolas del mun­do. Con unos 46.000 millones de facturación, en 2015 dio empleo a casi 820.000 personas. Considerando al ali­men­tario en su globalidad, es ya el primer sector industrial del país, con una cifra neta de ventas de 93.400 mi­llones de euros, en torno al 20% del conjunto manufacturero.

Nuestro país es, además, el segundo Es­ta­do eu­ro­peo en términos de extensión agraria y el octavo exportador agroalimentario mundial -el cuarto de la UE- sien­do líderes en cultivos estratégicos como cítricos, olivar (aceite) o vid (vino). Y en cuanto a la ciencia, también está bien posicionada: en el campo agrario y biotecnológico, en 2014 fue el octavo país del mundo en pu­bli­ca­cio­nes de alta calidad y el noveno en producción.

Es más, tiene una importante red de or­ganismos pú­bli­cos pun­te­ros en investigación: 20 centros agrarios adscritos al CSIC, 17 regionales coordinados por el INIA, 37 uni­ver­si­da­des con actividad en biotecnología así como otros 32 parques científicos y tec­no­ló­gi­cos. Sin embargo, como matiza el presidente de Biovegen, José Pellicer, «tenemos serios problemas de trans­fe­rencia de co­no­ci­mien­to, mucho más graves si cabe que en el conjunto de la economía».

Efec­tivamente, la es­ta­dís­tica así lo avala: en 2015 sólo un 12,81% de las empresas españolas pudieron ser catalogadas como in­no­va­doras, porcentaje que en el caso agrario llega al 4,85%, acaparando sólo el 1% de la inversión global en I+D.

Son éstos sólo algunos de los datos que figuran en el documento ‘Análisis del Sector Agroalimentario y pro­­puestas de mejora en I+D+i’ que Biovegen tiene previsto presentar el próximo jueves, 19 de oc­tu­bre, en una jor­nada enmarcada en el transcurso de Fruit Attraction 2017.

Al evento, organizado por esta pla­ta­forma pú­bli­co-privada dedicada a armonizar ciencia, empresa y finan­cia­­ción de proyectos, ya han con­fir­mado su presencia más de 250 empresarios del sector e investigadores de hasta 40 centros. Se expondrá este informe, se someterá a debate en una mesa redonda y sobre todo, se discutirá al detalle sobre las propuestas de mejora señaladas.

El referido análisis trata de escrutar las causas que ayuden a entender algunas de las -en palabras de Pe­lli­cer- «grandes paradojas y aparentes contradicciones» del sector agrario español. Nuestro país -7º productor mun­dial de fruta y noveno hortofrutícola pero primer exportador en fresco, con entre el 30 y el 40% del co­mer­cio de frutas y verduras de la UE, tiene menos del 1% de las variedades vegetales registradas en este sector en toda la Europa-27. Concretamente, en 2015, sólo el 4,55% de las solicitudes a la Oficina Europea de Variedades Ve­­ge­tales fueron españolas frente al 40,74% de Holanda, el 19,27% de Francia o el 19,19% de Alemania, países con un peso agrario y exportador sensiblemente menor pero con mayor valor añadido gracias a la I+D+i.

En concreto, en campos emergentes y de mayor desarrollo como la biotecnología que permitirían es­po­lear el desarrollo de estas patentes, el informe advierte que «hay muy pocas empresas y suelen ser pe­que­ñas, con poca facturación y con serias dificultades para sobrevivir». Se estima, de hecho, que de todas las empresas bi­otecnológicas sólo un 15% trabajan con vegetales y su facturación supone menos aún, un 9% del total.

Entre las razones de esta evidente «desconexión ciencia-tecnología-empresa», el informe advierte que los compañías españolas «no valoran la I+D+i como factor esencial de competitividad y tampoco aprovechan las ca­­­pacidades de los centros públicos de investigación». Además, se alerta de la «escasez» de tecnólogos en las plan­­tillas que ejerzan de «interlocutores eficaces» con los centros de investigación. A su vez, los grupos de in­ves­tigación «no orientan sus actividades a las necesidades reales tecnológicas del tejido productivo». La falta de in­centivos por parte del Gobierno, las trabas burocráticas, la «baja cultura emprendedora» y el desco­no­ci­mien­to de los mecanismos de financiación tanto por parte de las compañías como por parte de la comunidad científica «di­­ficultan la introducción en el mercado de los avances tecnológicos», concluye el informe. «Son todos males que podríamos generalizar al conjunto del tejido productivo español pero que se agudizan en el sector agrario», ex­­plica Pellicer. A estos factores comunes cabría añadir otros más propios del ‘agro’, como lo son el tener una estructura de empresa familiar alejada de los procesos de I+D+i; las dificultades de en­deu­da­mien­to por su alto apalancamiento en activos fijos (fincas, maquinaria, invernaderos…) o el alto novel de incer­ti­­dum­bre en la producción derivado de los factores agronómicos, climáticos o de la propia volatilidad de los mercados.

El informe identifica seis campos tecnológicos estratégicos por los que debe pasar necesariamente el futuro de la agricultura española: las nuevas herramientas de mejora vegetal (con CRISPR-Cas9 como punta de lan­za de novedosas tecnologías de edición genómica que incluyen también otras como nucleasas con dedos de zinc, mutagénesis, cisgénesis e intragénesis…); las herramientas bioinformáticas (New Generation Sequencing Platforms Genome Wide Association…fundamentales para generar y gestionar la ingente cantidad de datos bio­ló­gicos asociados a las investigaciones en plantas); los avances en la lucha contra enfermedades emergentes (co­mo el HLB-Citrus Greening o la Xylella fastidiosa) en un entorno de cambio climático; el uso de agro­bio­ló­gi­cos para nutrición y protección contra plagas y enfermedades; el recubri­mien­to de semillas para mejorar el ren­dimiento y las tecnologías para revalorizar los residuos agroalimentarios.

Biovegen

Biovegen-Plataforma Tecnológica de Biotecnología Vegetal es una entidad público-privada cuyo objetivo es la me­jora de la competitividad del sector agroalimentario a través del desarrollo de tecnologías de la Bio­logía Ve­ge­tal. Para ello, articula a entidades del sector agroalimentario español, poniendo en contacto la ofer­ta y de­man­da de tecnología y desarrollando proyectos y oportunidades de negocio a través de la I+D ve­getal. Ac­tual­mente cuenta con 77 entidades socias: 64 empresas, 13 organismos de investigación y la Se­cre­ta­ría de Estado de I+D+i, que apoya y cofinancia la iniciativa. Además, BIOVEGEN colabora con otras en­­­tidades del sector.

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