Uno de los grandes efectos que ha tenido el Brexit a corto plazo ha sido el incremento de los precios. El de las frutas y verduras es un sector donde las empresas se mueven con márgenes de beneficio muy ajustados, por lo que el factor precio es fundamental para determinar la competitividad de los productos. Desde la celebración del referéndum, la libra se ha depreciado, lo que ha supuesto un aumento del valor de las importaciones que obviamente ha repercutido en el precio que paga el consumidor final por el producto.
“El interés por contactar con productores españoles sigue siendo muy alto”
En este sentido, con la salida del Reino Unido de la UE, los productores locales dejarán de beneficiarse de las ayudas derivadas por formar parte de la Política Agraria Común (PAC). Esto hará que tengan más dificultades para cubrir costes y obtener márgenes de beneficio razonables, pudiendo ser el aumento de los precios una de las principales medidas adoptadas para compensar dicho déficit. Esto, obviamente, también supondría un incremento en el precio al que compra el consumidor final, pero a su vez haría más competitivos los productos importados, como los españoles.
Respecto a la implantación posiblemente de nuevas políticas arancelarias, las noticias que llegan de Downing Street nos hacen pensar que, de aprobarse, se harán en función de los acuerdos en materia de comercialización que el Reino Unido alcance con los países de la UE.
En los últimos años, la Cámara de Comercio ha venido trabajando mano a mano con empresas españolas, especialmente dedicadas a la producción de frutas de hueso, interesadas en colaborar con distribuidores británicos. En todos los casos, hemos percibido que el interés de los distribuidores por entrar en contacto con nuevos productores sigue siendo muy alto y la valoración del producto español muy positiva a pesar del resultado del referéndum.