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Los mercados europeos piden fruta sostenible

Suterra, empresa líder en control sostenible de plagas entrevista a Paco Borrás, consultor internacional agroalimentario y experto en el mercado hortofrutícola.

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Suterra: ¿De qué manera está evolucionando lo que demanda el mercado de la fruta?  

Paco Borrás: La evolución ha sido exponencial en los últimos añosHay que tener en cuenta que ahora todo el mundo tiene en mente el concepto de sostenibilidad, antes eso no era así. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU están marcando el camino a productores y consumidores y no solo me refiero al aspecto medio ambiental de la sostenibilidad, sino también a la sostenibilidad social. Un pago justo a temporeros y agricultores, un marco legal estable etc. 

En estos momentos sin embargo la sostenibilidad medioambiental es fundamental en cualquier producción frutícola, entre otras cosas porque el mercado es cada vez más exigente con ciertos requisitos 

¿Hablas de los residuos en la fruta? 

Sí, cada día hay que estar más atentos a este tema porque cada vez las exigencias son mayores sobre todo por parte de los grandes distribuidores. Suelen exigirte un máximo de sustancias activas presentes más bajo incluso que el que obliga la ley. En ese aspecto los productores están buscando alternativas que no dejen residuos en el producto. 

¿El control de plagas está evolucionando también hacia unas prácticas más respetuosas con el medio ambiente? 

Absolutamente y a un ritmo bastante rápido afortunadamente. Los productores buscan cada vez técnicas más innovadoras para controlar las plagas, para que no deje rastro de residuos en la fruta y al mismo tiempo poder proteger a los insectos beneficiosos. 

Las cosas han cambiado mucho. Aún recuerdo cuando era pequeño y acompañaba a mi padre en pleno agosto al campo de melocotones a tratar de combatir la mosca de la fruta. Mi padre empleaba entonces unas botellas de cristal con un orificio y en su interior ponía azúcar mezclado con insecticida.  

En aquel momento había pocas soluciones y eran poco sostenibles desde luego. Posteriormente vinieron los tratamientos aéreos que resultaban muy agresivos y perjudicaba a la fauna en su conjunto. 

En el caso de la mosca de la fruta fue aproximadamente hace 15 años cuando comenzó el uso del trampeo. Una solución más específica que la fumigación aérea pero que hoy comprobamos que también conlleva una problemática desde el punto de vista sostenible. 

 ¿Cuál consideras el problema del trampeo a la hora de controlar la Ceratitis capitata? 

Si hablamos del trampeo convencional surge un nuevo problema que es la conservación del paisaje agrícola. Las trampas tradicionales son costosas de colocar y por tanto de retirar una vez ha pasado la campaña. Esto hace que muchos agricultores las dejen en el árbol, la consecuencia es que te encuentras campos de cítricos o caquis llenos de trampas colgando. Y recordemos que son trampas que contienen sustancias químicas y restos biológicos de las moscas que han quedado atrapadas.  

He llegado a ver campos que son verdaderos vertederos de trampas. Su deterioro hace que caigan a tierra con la consiguiente contaminación del suelo. 

Así que ya no hablamos solamente de residuo en la fruta sino también de residuos plásticos que quedan en la parcela. Este es un tema del que hasta ahora nadie dice nada pero si queremos mantener los estándares de calidad y sostenibilidad seguro que se toman medidas al respecto. 

 ¿Qué otros sistemas pueden cumplir con los requisitos que exige el mercado y no dejar residuos en campo? 

Hay sistemas que no son exactamente trampas, que son una evolución del trampeo. Me refiero por ejemplo a sistemas de atracción y muerte como es Magnet MED. En él la mosca se posa atraída por el olor que desprende, toca la superficie y se intoxica, muriendo en unos minutos. No es una trampa porque no atrapa nada, la mosca cae a tierra. Magnet MED es fácil de colocar y de retirar y no deja residuo en la fruta y en este caso, al no contener restos biológicos puede ser reciclado 100% por SIGFITO

MAGNETMED-INNOVACION

 ¿Está mentalizado el agricultor para emplear sistemas innovadores como el Magnet MED? 

Justo lo que está produciendo esa evolución acelerada hacia la sostenibilidad hace que sea necesario el cambio de mentalidad del agricultor. Existe una cierta cultura de colocar los sistemas de control de plagas en los meses de más calor, cuando la población ya está disparada. Es un error, teniendo dispositivos como Magnet MED que te ofrece una protección durante 6 meses, lo recomendable es instalarlo en el cultivo a finales de mayo o principios de junio y así ya va disminuyendo la población de mosca para cuando lleguen los meses de mayor presión de plaga tengas a la población controlada y minimices el daño en cosecha. Si haces una colocación temprana de Magnet, tendrás el cultivo protegido hasta finales de noviembre donde la mosca deja de ser un problema con la llegada del frío. 

Recuerdo que cuando iba con mi padre en agosto al campo a instalar las botellas la mosca se había apoderado de la cosecha y muchas veces ya no había remedio. Entonces no contábamos con soluciones como estas. La innovación sirve para solucionar aspectos como el control de la plaga, pero también para evolucionar hacia una agricultura más precisa y específica en la que solo se afecta al insecto que quieres controlar dejando que la fauna auxiliar continúe con su labor beneficiosa para el campo. 

El mercado pide soluciones cada vez más sencillas de aplicar y que tengan en cuenta aspectos como los residuos y el respeto a la biodiversidad. Es el presente y sin duda el camino hacia el futuro en el sector hortofrutícola europeo. 

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