En tan solo ocho años de trayectoria, esta firma ha pasado de tener 15 hectáreas a disponer de más de 1.000 has de cultivo en la provincia de Cádiz para la producción de patata y maíz dulce principalmente, además de otros cultivos como calabacín y algo de zanahoria, remolacha de mesa y cebolla. Además, posee casi 300 hectáreas en Marruecos desde donde cubre la ventana comercial en otros meses del año. Toda su producción se dirige en un 95% a la exportación europea, y la comercializa por lo general a granel a envasadores que la presentan bajo su propia marca. “Nosotros queremos destacar como proveedores en origen con todas las garantías y certificaciones, además de la calidad que nos otorga esta zona de producción y el buen hacer de nuestros agricultores, pero no estamos interesados en promocionar nuestra marca y competir con nuestros propios clientes”.
Es tal el nivel de garantía que ofrecen que ellos mismos cuentan con servicios de consultoría técnica de gestión de calidad a sus productores. “Comenzamos la andadura de la empresa gestionando certificaciones”, comenta Gonzalo Navarro. Así, sus producciones tienen los sellos de calidad que requiere el mercado tales como Global Gap, GRASP y otros específicos de cada cliente. A esto se le une una correcta gestión a la hora de planificar el cultivo, ya que según el gerente de Sherry Quality, “solo sembramos si lo tenemos en nuestro programa con el cliente”, una práctica fundamental para el correcto desarrollo de la campaña y que le ayudará sin duda a seguir teniendo este crecimiento exponencial en los próximos años.