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La distribución se posiciona ante la alimentación bio

El mercado español de estos productos supera los 1.400 millones. España es el país europeos con más producción ecológica.

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Ley de Agricultura

 La etiqueta bío está de moda en los alimentos de las estanterías de los supermercados. La demanda de estos productos va en aumento y los distribuidores han comenzado a asimilar que es una de las palancas de crecimiento en el futuro.

En los últimos años han surgido numerosas cadenas independientes de supermercados y tiendas on line especializadas en productos biológicos y ecológicos, aquellos que han sido producidos de manera respetuosa con el medio ambiente y sin utilizar productos químicos.

Se trata de empresas como Supersano, Bio C’Bon, Granbibio y otros distribuidores que nacieron para cubrir lo que hace unos años era considerado un nicho, ligado además a propuestas más caras y enfocadas a públicos concretos con mayor poder adquisitivo.

Sin embargo, se han convertido en precursoras de lo que ahora es ya una categoría dentro de la alimentación. De ello se han contagiado también las cadenas tradicionales que ya incluyen, en su mayoría, porductos en sus propias marcas blancas bajo la línea bío, como el caso de Eroski, Lidl, Aldi o Dia.

Pero son dos los casos que han ido más allá. Carrefour anunció antes del verano el lanzamiento de una cadena, Carrefour Bio, dedicada específicamente a estos productos. En mayo abrió su primer establecimiento de este tipo, al que seguirán nuevas aperturas. Por otro lado, El Corte Inglés comenzó en Valencia a implantar dentro de sus supermercados espacios dedicados a este tipo de productos, además de lanzar su propia marca especializada, El Corte Inglés Bio. En ambos casos, las empresas prevén aumentar su oferta.

Pero no solo la distribución se está adaptando a esta nueva tendencia, puesto que afecta a todos los eslabones de la cadena alimentaria. En el sector primario se observa cómo productores de vino, frutas u hortalizas reservan cada vez segmentos mayores de sus cultivos a aquellos etiquetados como bio.

Tal es este empuje que España pasa por ser el país europeo con una mayor superficie certificada. En concreto, en 2015, último año con datos, había 1,96 millones de hectáreas de este tipo de cultivos, según los datos de la organización Infoam, que defiende los intereses de productores y fabricantes de alimentos biológicos. Así, el país supone en torno al 17% de los 11,2 millones de hectáreas de estos cultivos que hay en toda Europa. A España le siguen Italia, con 1,4 millones de hectáreas, y Francia, con 1,3 millones. En España, antes de 2007, la superficie ecológica era en torno a una tercera parte de la actual.

Pero en el caso español su posición como líder productor no se corresponde con la de consumidor, lo que evidencia que buena parte de la producción se utiliza para la exportación a otros países. España es el séptimo mercado europeo en términos absolutos, con una cifra de negocio de estos productos de 1.498 millones de euros. El mayor mercado europeo es Alemania, con 8.620 millones de euros, seguido de Francia, con 5.534 millones, y Suiza, con 2.200 millones.

En valores relativos, siendo el 1,4% del total del consumo de alimentación, España cae hasta la decimoquinta posición. Lejos se sitúan Dinamarca, con una cuota de mercado del 8,4%, Suiza, con el 7,7%, y Luxemburgo, con el 7,5%, líderes europeos.

Sin embargo, los crecimientos del consumo de estos productos en España son de dos dígitos y en 2015, frente a 2014, el incremento fue de casi el 25% y casi se ha triplicado desde los años previos a la crisis. Por ello, lo que comenzó como un nicho se ha ido convirtiendo cada vez más en un mercado que tanto productores como distribuidores incorporan a sus estrategias.

UNA DE LAS PALANCAS DE CRECIMIENTO

1,4%. Aunque el peso relativo respecto al conjunto del sector, las consultoras como Kantar o Nielsen sitúan a la alimentación ecológica como una de las palancas de crecimiento para la distribución. No es vano, con crecimientos anuales del 25%, supera con creces el incremento de una actividad que apenas supera el 1%.

Salud. Nielsen, por ejemplo, señaló en un informe este año que los consumidores están cada vez más preocupados por su salud y exigen a la distribución que incluyan en sus líneales productos que sean 100% naturales, sin colorantes, bajos o libres de grasas, bajos o libres de azúcares y sin aditivos artificiales.

Polémicas. La tendencia se ha hecho patente en debates públicos como el uso del azúcar, el aceite de palma y otro tipo de grasas.

Fuente: cincodias.elpais.com

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1 Comentario

  1. Vrai 09/10/2017

    Interesante artículo, da para reflexionar… Esperemos que la etiqueta BIO no sea solo una moda, sino que se convierta en una tendencia de productos más sanos y naturales, pero de verdad y bajo un control riguroso.

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