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Incertidumbre ante el futuro del tomate canario

El sector demanda al Ejecutivo Regional convocar y abonar las ayudas del POSEI en tiempo y forma, percibir las cuantías por las pérdidas de la pandemia, además de conocer las medidas a la reconversión y diversificación de la actividad.

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Los productores alertan de que “si la situación no mejora es muy probable que no solo paralicemos las exportaciones, sino que los canarios acabaremos consumiendo 100% tomate de fuera”.

La Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (ASAGA Canarias ASAJA) muestra su preocupación por el declive que atraviesa el sector tomatero de las islas en la última década, tanto el de exportación como el de mercado interior, y teme que esta situación “agónica” acabe por hacer desaparecer una actividad con más de 135 años de historia de la que dependen actualmente 3.500 familias de manera directa.

El sector tomatero ha alertado en varias ocasiones al Gobierno de Canarias que es urgente “buscar alternativas y tomar decisiones efectivas para evitar su desaparición”. Sus demandas se centran en tres líneas: convocar y percibir las ayudas del POSEI en tiempo y forma incluyendo la Acción 1.9 de adaptación a los mercados que está diseñada para compensar los efectos del Brexit, recibir e incrementar los fondos destinados a paliar parte de las pérdidas ocasionadas por la pandemia y establecer las estrategias que se van a aplicar para quienes opten por reconvertir y diversificar la actividad.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 Los productores sostienen además que el tomate es el cultivo más caro de producir y el que más incidencias sanitarias (plagas y enfermedades como la Tuta Absoluta o el mildiu) presenta y, aun así, es el “que menos compensación recibe por su producción y comercialización comparado con otros productos agrícolas”. Si la situación no mejora, advierten que “ni los que llevan toda la vida cultivando, ni los que quieren seguir, ni los nuevos que se incorporen en el futuro querrán dedicarse a este sector, se acabará la exportación y, en el mercado interior, los canarios acabaremos consumiendo el 100% del tomate de fuera. De hecho, en el último trimestre, el 90% de las producciones en los puntos de venta proceden del exterior. Una incongruencia si el objetivo del Gobierno es incrementar el consumo de productos kilómetro cero”.

Cabe recordar que el sector tomatero de exportación trasladó a la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del Gobierno de Canarias un informe detallado de las pérdidas del sector durante el año 2020 y el primer trimestre de 2021 que ascienden a 19 millones de euros, mientras que, en el mercado local, hay empresas que perdieron hasta el 90% de las ventas con respecto a 2019 y otras que se han tenido que reconvertir antes de 2018, 2019, 2020 (campañas con derecho a ayuda a la reconversión) y que solicitan ampliar este periodo para poder ser receptores de estos fondos.

            Factores del declive

En la última década el sector tomatero de Canarias ha estado sometido a múltiples factores que lo han empujado a las puertas de la quiebra. El incremento desorbitado de los costes de producción que no se han podido repercutir en los precios de venta al consumidor, la competencia desleal de las producciones de tomate procedentes de Marruecos, la aparición de nuevas virosis que dañan el cultivo, la aplicación del Brexit y la devastación del COVID no han hecho más que empeorar la competitividad de las empresas y agricultores dedicados a este cultivo.

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