¿Es viable el cultivo de maracuyá en invernadero?
La variedad morada híbrida muestra ser la más productiva en este contexto, con frutos de tamaño medio y excelente calidad, adaptándose mejor al sistema en espaldera.
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La introducción en el invernadero de productos de alto valor, como frutales tropicales o exóticos, puede incrementar la rentabilidad de las explotaciones y contribuir a diversificar la producción agrícola.
Con el objetivo de estudiar la viabilidad del cultivo del maracuyá en invernadero, entre junio y septiembre de 2019 se estableció en la Estación Experimental de Cajamar, ubicada en El Ejido (Almería), una plantación con seis especies de la familia de las Pasifloras.
Esta se realizó en un invernadero tipo multitúnel de acero galvanizado, con cubierta asimétrica de polietileno de baja densidad y 200 micras de espesor. Las capillas estaban orientadas E-O, de 7,5 m de anchura, con una altura en la canaleta de 3,4 m y una altura en cumbrera de 5,4 m.
En cada capilla existe una ventana cenital continua abatible en la vertiente sur y ventanas laterales enrollables en las bandas norte y sur con control de clima.
Se utilizó un sistema de conducción en parral a 2 metros de altura con un marco de plantación de 2,5 x 2,5 m y una espaldera también de 2 metros de altura, con calles de 2,5 y una distancia entre plantas dentro de la fila de 2,5 m. Para la polinización se introdujeron colmenas de abejorros.
Las especies y variedades cultivadas fueron las siguientes:
- Granadilla (P. lingularis).
- Maracuyá amarillo ‘Rubi do Cerrado’ (P. Edulis f. flavicarpa).
- Maracuyá amarillo (P.edulis f. flavicarpa).
- Maracuyá dulce (P. alata).
- Gulupa (Passiflora edulis f. edulis).
- Maracuyá morado híbrido (P. edulis f. edulis x colvilli).
El crecimiento fue muy limitado y solo se observaron unos pocos frutos cuajados en la primavera de 2022.
Posiblemente no tolera las temperaturas más altas alcanzadas durante el verano y puede que la salinidad del agua de riego, con más de 500 mg de cloruros, también le afecte negativamente.
El maracuyá amarillo también vegetó bien pero igualmente presentó una producción errática. Las dos especies son auto-incompatibles por lo que para aumentar los rendimientos precisarían de la polinización manual en nuestras condiciones.
Estas dos especies producen frutos ácidos de tamaño grande destinados a la industria de zumo.
El maracuyá dulce presentó un vigor medio adaptándose muy bien a ambos sistemas de conducción. Mostró una floración muy abundante y llamativa a lo largo de todo el año, lo que podría darle incluso valor como ornamental. Su fruto es muy valorado para su consumo en fresco, pero tiene una vida postcosecha muy corta.
Esto implica que es un producto nuevo para el mercado europeo y no hay competencia de terceros países. Los frutos son amarillos y de tamaño grande.
La producción con abejorro es superior a la de los maracuyás ácidos (amarillos), pero se observan caídas masivas de flores en determinadas épocas. Se comprobó que esta especie es autoincompatible en nuestras condiciones, ya que el cuajado en flores polinizadas con su propio polen, previamente embolsadas, es nulo.
En flores expuestas a la polinización libre, sin embolsar, el cuajado osciló entre el 47-50 %, gracias a la polinización realizada por los abejorros.
Cuando se realizó polinización cruzada manualmente, con polen de flores de otra planta, el cuajado fue del 80-90 %. Su viabilidad que dependerá del valor final que los frutos puedan alcanzar en el mercado.
La gulupa, maracuyá morado, es bastante productiva en condiciones de invernadero y la polinización con los abejorros funciona bastante bien. Sin embargo, sufre en verano en invernadero con temperaturas elevadas y humedades relativas bajas, condiciones en las que se observan brotes secos y vegetación más escasa.
Los frutos presentan un tamaño pequeño y su destino es el mercado en fresco. Se adapta mejor al cultivo en espaldera.
Maracuyá morado híbrido en invernadero
Este híbrido ha sido el más productivo en condiciones de invernadero, con frutos de tamaño medio y excelente calidad y se ha adaptado mejor al cultivo en espaldera. El crecimiento y desarrollo del cultivo ha sido muy rápido.
La separación entre las líneas de espaldera es de 2,5 m y la distancia entre plantas dentro de la línea es también de 2,5 m. En el sistema de formación en espaldera se conduce verticalmente un único tallo desde el suelo hasta una altura de 2 m. En ese punto, el tallo (futuro tronco de la planta) se despunta y se forman dos brazos, uno a cada lado, horizontalmente.
Entre un 70-80 % de esta producción es de fruta con un peso superior a los 70 g, clasificada en el mercado de primera categoría
Cuando estos alcanzan una longitud de 1,25 m, aproximadamente, se interviene nuevamente despuntando. Los nuevos brotes (ramas terciarias) cuelgan desde los brazos a modo de cortina y en las axilas de las hojas aparecen las flores y frutos. La primera cosecha se recolectó entre marzo y junio de 2020, seis meses después del trasplante.
Tras el crecimiento de nuevos brotes, sobre las ramas terciarias, durante el verano y otoño, se obtuvo una segunda cosecha, entre los meses de diciembre de 2020 y febrero de 2021 que alcanzó unos rendimientos de 18,5 t/ha.
En abril se realizó una poda de renovación sobre las ramas terciarias, dejando unos 15-20 cm por debajo de los brazos. Después del crecimiento de los nuevos brotes resultó una nueva cosecha entre julio y agosto de 2021 que alcanzó las 22,5 t/ha.
Tras una nueva poda se obtuvo la quinta y última cosecha de este ensayo entre junio y agosto de 2022 con un rendimiento de 17,8 t/ha. Esto implica que en tres años desde el trasplante se han alcanzado las 75 t/ha, teniendo en cuenta además que no se ha contabilizado la primera cosecha.
Entre un 70-80 % de esta producción es de fruta con un peso superior a los 70 g, clasificada en el mercado de primera categoría, excepto en la última cosecha de verano de 2022 en que solo alcanzó el 10 %, probablemente debido a las altas temperaturas, que afectaron también a otras especies.
El contenido en sólidos solubles totales se ha mantenido más o menos constante a lo largo de las distintas cosechas con valores medios que han oscilado entre los 14 y 16 ºBrix.
Hay que resaltar que en las principales zonas de producción la vida útil de las plantaciones es corta debido a la elevada presión de plagas y enfermedades.
En invernadero, en nuestras condiciones, se han observado algunos daños por trips en frutos recién cuajados que se ha controlado con estrategias de control biológico
En el interior del invernadero hay setos de biodiversidad con plantas autóctonas para facilitar el establecimiento de fauna auxiliar beneficiosa y se ha desarrollado un protocolo de sueltas de enemigos naturales para su control.
También se ha detectado presencia de mosca de la fruta (Ceratitis capitata) controlada mediante trampeo masivo. Para la polinización se introducen periódicamente colmenas de abejorros
En octubre de 2022, realizaron una nueva plantación con el objetivo de optimizar el sistema de producción, la gestión y control del clima, necesidades de agua y nutrientes, poda y recolección.
En febrero de 2023 ya se observan los primeros botones de flor, lo que indica que el fotoperiodo inductor de la floración es superior a las 10,5 horas. En mayo se ha iniciado la recolección.
Investigación realizada por la Estación Experimental de Cajamar