El cultivo de la fresa pierde rentabilidad
La rentabilidad de la que gozaba el cultivo de la fresa, concentrado en Andalucía en la provincia de Huelva, hace sólo dos años se ha visto reducida considerablemente debido a un descenso acumulado de los precios en destino en las dos últimas campañas de más del 20 por ciento.
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Así se desprende del diagnóstico realizado por la Mesa de Trabajo de la Fresa, reunida hoy por segunda vez y en la que están representadas administración autonómica y sector, quienes coinciden en que hay que trabajar para asegurar dicha rentabilidad.
El mayor problema ha radicado en la facturación, ya que el precio de la fresa de Categoría I destinada a consumo en fresco en la última campaña ha quedado fijado en 0,90 euros, un 2,2 % menos que en la 2012-2013 y «lejos», un 19,6 % menos, de los 1,12 euros de la 2011-2012.
La razón es clara: «la demanda no ha sido capaz de absorber la oferta», debido a que, como ha expresado el presidente de Freshuelva, Alberto Garrocho, el invierno cálido y las elevadas temperaturas hasta mediados de mayo han adelantado las producciones de países como Francia, Italia, Holanda, Bélgica o Alemania y han dificultado la penetración en los mercados de la fresa onubense.
Además, el balance arroja una caída de la producción desde las 302.280 toneladas de fresa del ejercicio 2012-2013 hasta las 279.880 toneladas en la actual, un 3,8 % menos (frente a las 330.000 toneladas en el curso 2011-2012).
Todo ello en el marco de un descenso de la superficie del dos por ciento, desde las 7.515 hectáreas de la campaña anterior hasta las 7.330 de la recién concluida.
La directora general de Calidad, Industrias Agroalimentarias y Producción Ecológica, Ana María Romero, ha indicado que la respuesta pasa por la diversificación de variedades potenciando el sabor, y de producción no tardía, para no entrar en una competencia desfavorable con las producciones de Alemania y países del este de Europa como Polonia.
Igualmente, es importante la calidad y la diferenciación -la Junta ha manifestado la voluntad de impulsar la Indicación Geográfica Protegida -IGP- de la Fresa-, y una diversificación de la producción con cultivos complementarios como la frambuesa, el arándano o la mora.
Otro aspecto a mejorar es la cooperación y una mayor concentración comercial del sector productor para defender, en igualdad de condiciones, los precios en las negociaciones con la distribución y seguir avanzando en el aseguramiento de las explotaciones, que ya presenta un alto nivel.