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Consecuencias de cultivar frutas que no nos gustan

Los errores de cultivar productos que no gustan a los consumidores, el exceso de producción y las restricciones a las exportaciones a Rusia ponen en riesgo el negocio.

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melocotón

El sector de la fruta dulce, las de pepita (peras, manzanas, cerezas), pero especialmente las de hueso (ciruelas, melocotones, albaricoques y nectarinas), sufrieron en la última campaña una de las peores crisis de la última década, con precios en origen por debajo de los 20 céntimos por kilo que no llegaban a cubrir los costes mínimos de producción. Ello hizo que organizaciones agrarias, sectoriales y la Administración concluyeran que no tenía sentido seguir poniendo parches a un sector con un problema que ya supera el marco coyuntural.

El cierre de las fronteras rusas a las exportaciones comunitarias en 2014 forzó al sector a buscar otros mercados para unas 120.000 toneladas que se exportaban directamente desde España. Para paliar los efectos negativos del cierre del mercado ruso, Bruselas puso en marcha diferentes medidas de apoyo como la retirada de frutas del mercado para evitar excedentes por un volumen superior a los 30 millones de euros.

Sin embargo, la crisis de Europa con Moscú no es el principal obstáculo para el sector.Uno de los problemas más importantes que afectaba básicamente a la fruta de hueso es el incremento de las superficies de cultivo. Mientras en las frutas de pepita, peras y manzanas, las superficies han experimentado una reducción desde 2010, pasando de 61.000 a solo 54.000 hectáreas, en el caso de las frutas de hueso se ha registrado un incremento del 6% desde 138.000 a 147.000 hectáreas, sobre todo en Cataluña y Aragón.

Esta dispar evolución de las superficies ya se refleja en las producciones medias: mientras que en el caso de peras y manzanas se ha pasado de 1,2 millones de toneladas a solo un millón, en lo que respecta a los melocotones, nectarinas y albaricoques, se pasó de 1,5 millones a más de 1,8 millones de toneladas, llegando superar los dos millones en 2014.

Otro grave problema del sector se halla en la implantación de nuevas variedades de frutas de hueso —especialmente melocotones y nectarinas— que permiten aumetar el rendimiento por hectárea. Pero esto se ha hecho sin tener en cuenta los gustos de la demanda, lo que en muchos casos ha supuesto el rechazo de los consumidores. La consecuencia de todo ello ha sido la caída de la demanda de las frutas en general y muy especialmente la de hueso, que pasó de más de seis kilos a cuatro por persona y año.

Esta caída de la demanda, sumada al exceso de producción y las barreras a las exportaciones han sumido al mercado en un agrave crisis, y las perspectivas de que las cosas no empeoren no son nada halagúeñas. En este escenario, desde el sector productor, organizaciones agrarias y cooperativas han propuesto un plan con una docena de medidas.

En primer lugar se contempla la necesidad de un programa de abandono de explotaciones mediante el cese de actividad que afectará especialmente a las de personas de mayor edad y a las explotaciones más viejas. Añadido a esto, se prevé una limitación de nuevas plantaciones.Hay un problema de mercado, pero también otro más grave de recursos hídricos en esas zonas a precio real. En materia de organización, el sector reclama la constitución de una conferencia interprofesional junto una mejor organización de la oferta por parte de las cooperativas y las organizaciones de productores más grandes, y un mayor apoyo a las explotaciones familiares.

En lo que afecta al consumo, se propugna un impulso a la promoción y una mejora en el funcionamiento de la cadena alimentaria, sin olvidar un mayor compromiso de los productores para mejorar la calidad del producto comercializado desde la etiqueta hasta sus condiciones organolépticas. Igualmente se demanda una mayor internacionalización y diversificación de las exportaciones. Todo ello junto a medidas coyunturales centradas en créditos blandos y mejoras en la fiscalidad.

Desde la Federación de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex), se advierte sobre la necesidad de que, a la hora de tomar medidas, se tenga en cuenta la situación de cada territorio, así como de cada variedad y producto, junto a su posición en los mercados, muy especialmente en los comunitarios. La organización sectorial entiende que no sería lógico limitar superficies en producciones donde la cuota de mercado es muy baja y hay posibilidades de crecimiento. Fepex estima además que los fondos operativos que manejan las organizaciones de productores, unos 40 millones de euros, deben destinarse más a las inversiones que a las medidas de erradicación de explotaciones.

Propuesta de Agricultura

Frente a las demandas del sector, el Ministerio de Agricultura hizo una primera propuesta de plan de medidas de mejora. En la parte coyuntural, se ofrece una fiscalidad reducida y dos millones de euros para avalar créditos hasta un total de 40 millones de euros a un tipo de interés del 1,75% a cinco años y con uno de carencia. No se rechaza la medida de erradicaciones, pero sin coste para el Estado y en base a los fondos que pueden manejar las propias organizaciones de productores. En relación con la petición de limitar nuevas plantaciones, Agricultura advierte que la normativa comunitaria lo impide y plantea un mayor control e información desde el sector sobre las mismas. La Administración está de acuerdo con una potenciación de las organizaciones de productores y con la constitución de la interprofesional de la fruta, así como sobre la necesidad de potenciar los contratos tipo, el fomento de la calidad de la demanda, la mejora de la cadena alimentaria, la puesta en marcha de un código de buenas prácticas y el apoyo a la exportación.

 

Fuente: ElPais

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