Coexpal pronostica una campaña hortícola muy buena
El representante de los exportadores almerienses considera que en este momento la principal amenaza es la producción de Holanda.
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Aún reconociendo que es mejor hablar cuando termine todo, Juan Colomina está convencido de que esta campaña se puede calificar como “muy buena”. Para el consejero delegado de Coexphal, lo más importante “es el dinero que al final viene para Almería”. De ahí que este ejercicio agrícola, con todas sus tensiones y sus momentos complicados, deba considerase entre los mejores, aún pendiente de recoger toda la información al final de la campaña.
A estas alturas de la evolución experimentada por el sector hortofrutícola, hay que admitir que sus márgenes se han ido reduciendo a la par que se ha producido una palpable madurez del modelo productivo. Una situación a la que se enfrentan las empresas del sector manteniendo un estado permanente de efervescencia, según explica el consejero delegado de Coexphal.
Más allá de los avatares que ha deparado una campaña con situaciones climatológicas muy acusadas, cualquier análisis obliga a discernir entre dar prioridad al incremento de la productividad o a la reducción de costes.
La mayor parte de los costes corresponde a la mano de obra, la cual ofrece poco margen de maniobra. También podría considerarse la posibilidad de reducir los costes energéticos. “De hecho -explica- se podrían plantear soluciones para disminuir los costes unitarios del producto. Sin embargo Colomina insiste en que las posibilidades más interesantes en este sentido pasan por aumentar la productividad. Esa es, en su opinión, la lucha diaria de todo el sector.
El otro foco de atención permanente en el sector hortofrutícola almeriense sitúa en el pinto de mira la competencia exterior. El consejero delegado de Coexphal reconoce que la competencia marroquí es intensa “y cada día mayor”.
Sin embargo, señala como la principal amenaza para Almería a Holanda. La razón es que “el modelo holandés está siendo exportado a otros países como Bélgica, Francia o Alemania”. Se trata de un modelo basado en una altísima inversión necesaria para mantener la temperatura y la aportación lumínica que exigen los cultivos. La energía utilizada es gas o biomasa y cuenta con apoyo financiero público.
Este escenario contrasta con el que ofrece Almería. El directivo de la patronal hortofrutícola enfatiza sobre un dato revelador: sólo el 5% de la energía que consume el modelo productivo almeriense procede de la aportación de formas de energía no renovable.
Colomina está convencido de que la agricultura almeriense debe explorar oportunidades como la que ofrece el potencial de energía térmica que generan los invernaderos almerienses y que actualmente permanece ociosa.
En su opinión, el invernadero almeriense es una “máquina solar» de enorme capacidad productiva. Su potencial energético se puede aumentar aún más para mejorar la eficiencia agrícola, pero, también para generar energía disponible para otros usos.
Fuente: lavozdealmeria.es