El cambio climático reducirá los rendimientos de alimentos básicos
Ante la celebración del Día Mundial de la Alimentación, la FAO advierte de los efectos del calentamiento global en la agricultura
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Los efectos del cambio climático sobre la actividad agraria son variados, entre ellos, se prevé una reducción de los rendimientos de los alimentos básicos, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO).
Con motivo del Día Mundial de la Alimentación, el 16 de octubre, este año bajo el lema «El clima está cambiando. La alimentación y la agricultura también», la FAO ha editado un documento para tratar de atajar los efectos del cambio climático y apostar por nuevas formas, más sostenibles, de producción agraria, ganadera y pesquera.
La organización señala que, si no se lucha y frena el cambio climático, se calcula que para 2100 los rendimientos de maíz podrían disminuir entre un 20-45 %, los del trigo entre un 5-50 %, la producción de arroz entre un 20-30 % y los de la soja entre el 30-60 %.
Todo esto en un escenario en el que, según sus previsiones, la producción agrícola (cultivos, ganado, pesca y acuicultura) tendrá que aumentar en un 60 % en 2050 para alimentar a la creciente población mundial.
Por ello, plantea que todos los países deben llevar a cabo una transición a formas más productivas, resilientes y sostenibles de desarrollo agrícola, como, por ejemplo, la agroecología.
Sin una acción concertada para aumentar la resiliencia, la FAO cree que gran parte de los habitantes más pobres y más vulnerables tendrán dificultades para obtener suficientes alimentos e ingresos para alimentarse, ya que el cambio climático amenaza la estabilidad de los precios alimentarios.
Apunta, además, que los sectores agrícolas son responsables de alrededor del 70 % de consumo mundial y representan un 25 % de las emisiones globales de gases de efectos invernadero (GEI).
Insiste, por tanto, en que las prácticas agrícolas sostenibles pueden aumentar la productividad y la resiliencia, reducir la intensidad de las emisiones de GEI, bajar las presiones que causan la deforestación y mejorar la salud de los suelos, paisajes y bosques, todos los cuales capturan carbono.
Un papel clave, para lograr prácticas más sostenibles, lo jugará la investigación y, en concreto, el enfoque de la agricultura climáticamente inteligente («climate smart agriculture» o CSA).
La CSA, explica la FAO, pretende alcanzar tres objetivos principales: aumentar la productividad agrícola y los ingresos de forma sostenible, adaptar y aumentar la resiliencia al cambio climático y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
FUENTE: EFEAGRO