Los viveros de altura preocupados por su supervivencia
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El sector de frutos rojos, en concreto el de la fresa, no está pasando por su mejor momento a nivel de variedades y cultivo. En esta campaña, el problema registrado con la aparición de algunas plantas fuera de tipo de la variedad Fortuna ha hecho saltar las alarmas y, tanto agricultores como viveristas se han puesto en estado de alarma.
Por si fuera poco, cada año se repite un alto porcentaje de mortandad, que en algunas variedades y casos llegan a alcanzar hasta el 30%, e implica problemas de desarrollo de cultivo para el agricultor y que tengan que replantar después de algunos meses. En el caso de los viveros, tienen que sembrar más para tener en cuenta una tasa de pérdida, y esto se repite cada año.
No es la mortandad el único problema, porque en desinfección del suelo, faltan materias activas que den buenos resultados, lo que hace que las plantas padezcan enfermedades que compliquen su desarrollo. Además, cada día el sector exige más precocidad en el trasplante, lo que dificulta que se entregue con el adecuado desarrollo vegetativo.
Con este panorama, el sector productor reclama la necesidad de poner en el mercado variedades más rústicas y con una mejor sanidad vegetal, algo que no se hace en un abrir y cerrar de ojos, si no que se necesita tiempo. A veces, al haber tantas variedades en el mercado, cuando sale alguna nueva al propio sector no da tiempo suficiente para que se adapte y la rechaza sin más. Las empresas obtentoras se quejan de esta situación, pero sabemos que están trabajando para poner en el mercado el material que se demanda, de los que algunos estarán ya en la próxima campaña.
Los viveros comerciales piden soluciones, ellos creen que son los más perjudicados en este momento, ya que las empresas y cooperativas productoras cuando tienen algún contratiempo dejan de pagarles, es el caso de este año con el fuera de tipo de Fortuna. Todos estos problemas hacen que se planteen su viabilidad ya que aseguran que no son rentables.
Quizás han llegado hasta aquí porque los acuerdos comerciales están todavía en la confianza entre cliente y vivero. Esto debe cambiar y establecer normas y reglas para que este eslabón de la cadena pueda seguir siendo rentable y para ello la comunicación y el entendimiento debe ser fundamental.