Las frutas y hortalizas genéticamente modificadas: un debate útil y necesario
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Un anterior post de El Paranoico, titulado un poco provocativamente lo confieso “¡Que inventen ellos!”[1] ha levantado muchas reacciones, en particular en las redes sociales. Quiero desde el principio agradecer a todos aquellos que me han hecho llegar sus comentarios. El tono siempre ha sido respetuoso, una cosa demasiado rara en estos momentos en nuestro país y que merece ser subrayado.
Conchi Novillo, directora de Asuntos Regulatorios de Monsanto Agricultura España, llama mi tención sobre un nuevo tomate generado en Japón. Sostiene Shimpei Takeshita, Presidente de Sanatech Seed, este tomate contendría altos niveles de ácido gamma-aminobutírico (GABA), un aminoácido que se cree que ayuda a la relajación y ayuda a reducir la presión arterial.
La noticia ha sido difundida por el International Service for the Acquisition of Agri-biotech Applications (ISAAA). El ISAAA es una organización internacional sin fines de lucro que intenta divulgar las ventajas del cultivo de los Organismos Genéticamente Modificados (OGMs), financiada directamente por las correspondientes compañías. Tuve el honor de conocer a su fundador, Clive James cuando, en una de mis vidas anteriores, fui el responsable del tema en la Dirección General de Agricultura de la Comisión Europea.
Conchi Novillo me hace a continuación una excelente pregunta, apuntalando el hashtag que figura en mi cuenta de twitter: #SinCienciaNoHayFuturo. Quizás no haya contradicciones, pero si reconozco que hay tensiones.
¿no hay contradicción destacando #SinCienciaNoHayFuturo y proponiendo q Europa no utilice la ciencia para una agricultura más sostenible? Como consumidora prefiero ciencia a marketing y tenemos excelentes científicos para educar al consumidor ¿q opinan @jmmulet,@LluisMontoliu…
— Conchi Novillo (@Conchi_Novillo) May 4, 2021
Fuente: Twitter
Algún día, se enseñara en las Escuelas de negocios, que recurren a menudo al “estudio de casos”, el caso “Monsanto o como hacer mucho más complicado la difusión de un progreso científico”. Estos cultivos se desarrollaron después de la crisis de las vacas locas y encontraron a una Comisión Europea traumatizada por ello y a unos consumidores europeos a los que se les había dado buenas razones para no confiar en sus autoridades reguladoras.
En una buena prueba de lo que en otras instancias he llamado el “despotismo científico ilustrado”, algunos de mis interlocutores de entonces me subrayaron que la ciencia estaba con ellos, que los OGMs eran el futuro y que, quisiéramos o no, iban a entrar en Europa por la puerta de adelante o la puerta de atrás. Esta arrogancia, este desprecio a la psicología de los consumidores europeos, ha contribuido a radicalizar las posiciones y ha alimentado un parón que todavía dura.
Sin ciencia no hay futuro, por supuesto, pero también hace falta más empatía y psicología,
Mi compañero del CSIC, Lluis Montoliu, llamó la atención sobre la tribuna al respecto que, junto con otros prestigiosos científicos, publicó hace unos pocos días[2] en el diario El País con el título “Regulación de la edición genética con CRISPR en la UE: no repitamos errores, nos jugamos el futuro”. Centrado en la edición genética CRISPR, subrayan que su “altísima precisión constituye la principal diferencia frente a las tecnologías precedentes como la transgénesis”.
Nuestra opinión sobre este tema la manifestamos en esta tribuna publicada en @materia_ciencia @el_pais hace unos pocos días:https://t.co/XkCedxhBVy
— Lluis Montoliu (@LluisMontoliu) May 4, 2021
No conozco mejor explicación y justificación de la aplicación del principio de precaución seguido por las Instituciones Europeas para con las técnicas “clásicas”, la transgénesis. Los “déspotas ilustrados” anteriores nunca hablaron de “falta de precisión” de sus tecnologías.
Entiendo por lo tanto que esta técnica es diferente y debe ser juzgada en base a sus propios méritos y no en base a los méritos del vecino. Este es exactamente el mensaje que ha recogido la Comisión en el estudio que mencioné en el primer post.
Como en el caso de las vacunas, muchas de ellas por cierto obtenidas gracias e estas nuevas técnicas, dejemos opinar a, y confiemos en, los distintos comités científicos existentes en las Instituciones Europeas para obtener una visión clara de su problemática. A continuación, abramos un gran debate público explicando las cosas, escuchando a la opinión pública, comprendiendo sus temores, aprendiendo de errores pasados, con modestia, empatía y sin despotismos ilustrados.
[1] https://revistamercados.com/blogs/que-inventen-otros-las-nuevas-tecnicas-geneticas-a-debate/
[2] https://elpais.com/ciencia/2021-04-15/regulacion-de-la-edicion-genetica-con-crispr-en-la-ue-no-repitamos-errores-nos-jugamos-el-futuro.html