El pesimismo, un acompañante peligroso
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Leía el otro día en una revista de gran consumo que los problemas o retos de las empresas han cambiado, ya no son los cotidianos que hemos tratado y analizado a lo largo de los años, ahora nos afectan los problemas de calado global como la globalización, el cambio climático, la sostenibilidad…. que va mucho más allá del día a día de las empresas hortofrutícolas. Entonces, nos ponemos a arreglar el mundo y no nos centramos muchas veces en lo que verdaderamente nos afecta y en lo que es el valor de lo importante para nosotros, por lo que no nos queda más remedio que remangarnos en este 2024 y ponernos a ello con la tenacidad y capacidad de esfuerzo propias del sector. Y todo ello sin hacer mucho ruido. Ya hay bastante en el exterior que nos hace vivir en un mundo incierto e hiperbólico, que no podemos controlar y que está cambiando todo el orden establecido y creando un nuevo mundo, que no sé si llegaremos a ver. Pero hay algo que se está instalando en esta sociedad y que se afianza cada día más cuando leemos los periódicos y vemos la televisión, y es el pesimismo, que puede ser muy peligroso y llegar hasta nuestra cuenta de resultados. Una actitud que nos está llevando a no ver con claridad lo que es verdaderamente es el valor de lo importante. Debemos ser conscientes de que en un negocio como el hortofrutícola siempre se ha mirado al futuro con optimismo y adaptándose a todos los contratiempos que se han encontrado en el camino, se ha luchado contra viento y marea para conseguir ser mejores y dar lo mejor a los consumidores. Por eso hemos creído importante hablar con los directivos de casi 30 empresas y preguntarles qué significa para su compañía el valor de lo importante, para recordarles que existe en cada empresa un valor que les ha llevado al éxito.