Una dosis de realidad
Francisco SánchezGerente de Onubafruit.
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La ruptura del sistema monovarietal, la diversificación con la introducción de otras berries y la propia profesionalización de las empresas han transformado hasta tal punto al sector de los frutos rojos onubense que, aunque suene arriesgado decirlo, podríamos pensar que tenemos el éxito garantizado. Pero nada hay más lejos.
La fresa ya no puede seguir creciendo, o se cambian cultivos de frambuesa por fresa o no hay tierras. La frambuesa es un producto muy difícil, que implica unos altos costes para entrar en un mercado en el que las posibilidades de fracaso son muy altas. Y el arándano está tocando techo; su consumo crece, sí, pero a costa del precio. Además, las variedades que se están cultivando no son las que nos gustaría, no tienen calidad; y, llegados a este punto, ¿alguien sabe lo que es la calidad? Sabor, conservación, resistencia a enfermedades…
En cualquier caso, esta no es, ni mucho menos, la mayor incertidumbre a la que se enfrenta el sector, existe una problemática aún más grave: la falta de mano de obra. No es una cuestión de especialización, simplemente no la hay y los agricultores no se atreven a cultivar más hectáreas porque no saben quién va a recolectar los frutos.
Y mientras algo tan sencillo –o tan difícil, según se mire- pasa, hay quien quiere rizar el rizo y habla de nuevos mercados para las berries, sobre todo ahora que el británico podría cerrarse. Yo no creo que el Brexit nos deba preocupar en exceso; Reino Unido necesita importar productos y España es un gran proveedor.
Por otro lado, dicen que China es una alternativa; sin embargo, primero debemos saber dónde está, luego, firmar los protocolos adecuados y ni aun así tendremos la certeza de poder llegar a este país. Sinceramente, creo que se habla de estos nuevos mercados con un gran desconocimiento de la realidad, no podemos llevar a estos destinos tan lejanos productos tan perecederos. Pero, bueno, no quiero ser demasiado pesimista, por eso les diré que es complicado, no imposible.
El mercado alternativo para las berries está más cerca de lo que muchos creen: en España. Debemos buscar nuevos consumidores justo aquí, en nuestro país, donde los frutos rojos siguen siendo algo excepcional en la mayoría de los hogares.
Pero no solo de nuevos mercados se habla en el sector, también del ecológico. Para mí, antes que apostar por el bio, cuyo consumo real es una incógnita, hay que hacerlo por producciones sostenibles. Yo me la juego, no es más sano el ecológico, sobre todo teniendo en cuenta que la legislación en materia de límites de residuos es muy estricta. Nuestros productos son seguros, saludables, y no lo digo yo: España es uno de los países con mayor esperanza de vida.
No quiero que piensen que he venido a romper mitos ni a cortar las alas al sector; solo creo que, en ocasiones, hace falta una buena dosis de realidad.