No debemos convertir la relación campo-gran distribución en una crónica de sucesos. ONUBAFRUIT
Francisco Sánchez, gerente de Onubafruit.
Comparte
Debo decir que siempre pensé que la mal llamada ‘nueva normalidad’ pasaría más rápido y que, valga la redundancia, iba a ser más normal. Ahora, en plena tercera ola, tengo muchas dudas sobre el futuro, pero no voy a dejar que la pandemia me nuble la vista; no todo en la vida, ni en el sector de las berries, es pandemia.
Quienes me conocen saben que no soy de ir a favor de la corriente, sino todo lo contrario, y en esta ocasión, no iba a ser menos. Hasta el momento, y salvo los problemas derivados de la difícil logística y la mano de obra, el COVID-19 nos está favoreciendo en forma de un mayor consumo. Nunca hemos tenido una situación tan favorable para vender nuestro producto.
Mi mayor preocupación en estos momentos es la confrontación continua entre el campo y el supermercado. No me gusta nada ese tsunami permanente de afirmaciones que, en apenas unos segundos, se convierten en justo lo contrario; ni unos son tan buenos, ni los otros tan malos, o viceversa.
En estos tiempos en los que se habla tanto de normalidad, sería justo trasladarla también a las relaciones comerciales con la gran distribución, con nuestros clientes. Y entender que, nos guste o no, en el mercado impera la ley de la oferta y la demanda: cuando el producto está caro, el supermercado paga caro y el agricultor también recibe más dinero; pero cuando está barato, el supermercado paga menos y, obviamente, los productores también cobramos menos. Y los márgenes son mayores o menores para uno y otro eslabón según cada circunstancia, porque lo único claro es que los costes intermedios nunca varían.
Nunca hemos tenido una situación tan favorable para vender nuestro producto
No quiero ser abogado del diablo, es cierto que existen determinados supermercados que utilizan nuestros productos como reclamo y a veces los destrozan. Pero también los agricultores especulamos en ocasiones.
No debemos convertir la relación campo-gran distribución en una crónica de sucesos, sino establecer una relación de normalidad y cordialidad, de diálogo, de comunicación. Y si ha de haber una Ley de la Cadena Alimentaria, que sea justa con todos y vigile a los transgresores.
Mientras tanto, en Onubafruit seguiremos trabajando para cumplir nuestra misión, que en 2021 será la misma que hace un año y que dentro de un siglo: lograr que nuestros 550 agricultores puedan cultivar su tierra y ofrecer a sus familias una vida digna. Para ello, no perdemos de vista el papel de la innovación, sin ella no hay nada, y mucho menos en un mundo tan dinámico y cambiante. Ahora mismo estamos en la prehistoria de lo que ocurrirá dentro de cinco años.
La tecnología, que ya estaba en nuestras vidas, ha irrumpido aún con más fuerza en nuestro sector, y deberemos servirnos de ella para seguir adelante. Pero permítanme una vez más que vaya contracorriente y diga que echo de menos las relaciones humanas. Las videoconferencias están muy bien, pero yo sigo prefiriendo el cara a cara.