“Las bondades intrínsecas de nuestro producto y la superioridad en sostenibilidad se reconocerán en el mercado”. VIVEROS SEVILLA
Entrevista a Carlos Carrascosa, gerente de Viveros Sevilla.
Comparte
¿Qué balance realizan de la pasada campaña?
El propio Ministerio de Agricultura precisó que la campaña estuvo muy condicionada por varios factores. En primer lugar, el inicio de la comercialización española se topaba con un alto nivel de existencias de productos del hemisferio sur (Sudáfrica y Argentina). En segundo lugar, una demanda débil en la Unión Europea (UE), con la consiguiente ralentización de las operaciones debido a las temperaturas cálidas de los primeros meses del otoño. En tercero, una ralentización/paralización de la actividad por la huelga de transportes durante el mes de marzo. Y, en cuarto y último lugar, los aumentos de costes de producción con el encarecimiento de la energía y otros insumos, agravados por la guerra de Ucrania, así como la alteración de los mercados tradicionales.
La nueva cosecha de cítricos española será más baja, lo que podría elevar los precios en origen. ¿Cree que esta menor oferta puede generar valor al producto?
Según la ley de oferta y demanda, se debería lograr un mayor y justo precio por nuestros frutos, pero intervienen muchos otros factores. Las primeras mandarinas que han llegado al mercado lo han hecho con buen retorno y las expectativas, por la calidad del producto, parecen buenas.
Las bondades de nuestros cítricos y la superioridad frente a la competencia en aspectos como la sostenibilidad medioambiental, condiciones laborales y sociales, de seguridad alimentaria, se reconocerán en el mercado, además de sus características intrínsecas.
Las circunstancias climáticas y las restricciones al riego en algunas regiones han sido decisivas en esta merma productiva. ¿En qué medida están afectando la sequía y el cambio climático?
La sequía merma los volúmenes de producción, así como la calidad de esta, y una sequía prolongada como la actual, con varios años continuados de falta de precipitaciones, afecta también al arbolado, siendo un aspecto más del cambio climático. La campaña 2022/2023 viene marcada principalmente por causas meteorológicas. Las lluvias, heladas y fuertes vientos de la primavera incidieron en la floración y redujeron el cuajado de los frutos, y posteriormente, las olas de calor durante el verano han afectado al calibre. Esta merma considerable de producción tiene sus lógicas consecuencias. De forma directa, incide sobre el campo, sus costes de producción y en importantes pérdidas de empleo en la recolección, pero también tiene graves efectos sobre los packing, que tienen que soportar los mismos costes fijos sobre un volumen menor de fruta. Y de forma indirecta, también afecta a las empresas auxiliares (envases, etc.) y transportistas.
«Promover la diferenciación de nuestro mix producto-servicio será vital en los mercados»
¿Cómo puede lograr el sector citrícola salir de esta situación de bajos precios?
Mediante la diferenciación. Promover la diferenciación de nuestro mix producto-servicio será vital en los mercados. Hay que diseñar una diferenciación clara de los cítricos españoles incluyendo una producción sostenible, ecológica o de residuo cero, por variedad y origen, que resalte no solo los aspectos económicos de sostenibilidad, sino también los sociales, de salud y medioambientales. Nuestros cítricos gozan de un importante prestigio dentro y fuera de nuestras fronteras, pero hay que llegar a todos los clientes, jóvenes y mayores, a los que enganchar con las virtudes de nuestro producto, y la promoción es vital.
¿Por qué no se puede ver a Sudáfrica como un operador complementario en la campaña?
Sería un operador complementario si no se solapara en fechas con nosotros y se respetara un calendario más favorable a la producción europea que a la de países terceros. A mediados de octubre aún había una fuerte presencia de cítricos de Sudáfrica y, de hecho, las naranjas se mantuvieron en los lineales hasta noviembre. En Sudáfrica, se ha desarrollado muchísimo la producción de variedades tardías de naranja, que son las que compiten con las precoces nuestras. Su buena calidad gustativa y conservación las hacen muy competitivas, por lo que hay que evitar poner en el mercado productos que no hayan alcanzado un grado de madurez suficiente, suponiendo rechazos futuros.
¿Cree que es realmente efectivo el control de la polilla en estas importaciones?
El control es efectivo, pero las interceptaciones de cítricos con plagas de terceros países no son solo de la polilla. Más del 50% de esas interceptaciones provienen de Brasil, Argentina y Uruguay, y de Sudáfrica, cuatro en septiembre, de ahí que se pida la suspensión de importaciones de países terceros que no puedan garantizar la seguridad fitosanitaria de sus envíos, dado que ponen en peligro a toda nuestra citricultura. Ya sufrimos el cotonet de Sudáfrica, soportando unos costes altísimos para su control en muchos casos, cuando no inasumibles. De las diversas interceptaciones, la mancha negra (Phyllosticta citricarpa) es la enfermedad más común.
Por otro lado, si bien todo esto es peligroso, la nueva normativa que plantea la Comisión Europea (CE) sobre el uso sostenible de fitosanitarios, y que exige reducir en un 50% la utilización de los plaguicidas en todas las zonas llamadas ‘sensibles’, no es muy alentadora. Ello tendría un impacto enorme y sospechoso con consecuencias económicas y sociales no valoradas.
La innovación está presente en el sector citrícola de forma continuada, ¿cuál es su apuesta?
Viveros Sevilla, a través de la sociedad AVASA, de la que somos socios fundadores, dedica recursos para obtener nuevas variedades que mejoren a las actuales en aspectos valorados por el consumidor. Sabor, sin semillas y fácil pelado son los más apreciados por el cliente, pero, por otro lado, también se están destinando muchos recursos a la obtención de genotipos resistentes a graves enfermedades como el HLB.